Capitulo 9 Cuate

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era genial que mi mama y mis hermanos supieran de rudo, era bastante genial no tener que escondérselo a ellos, a mi papa si pero esperare el momento correcto para hacerlo, ahora no, preparaba mis tandas de toritos para vender, y mientras lo hacía hablaba con Rudo, pinche toro puto, lo amo al desgraciado pero me as va a pagar, seguí con mis mierdas de preparación y venta hice unas entregas en la plaza cercana y para alrededor de las 4 de la tarde estaba todo más tranquilo, sin nada que hacer, no había ventas ni pedidos, regresamos la charla, aunque estaba aún trabajando, no le faltaba mucho para salir, un par de horas y seria libre, como pudo y a escondidas supongo que me contestada, quería que fuera a su casa a pasar la noche y quizás la próxima, me hice un poco del rogar pero acepte, me daba tanta risa cuando me decía que era un cabrón, todos me dicen de esa manera, prepare una mochila con ropa para dormir, mi cargador y otras cositas que necesitara, le avise a mis papas que me quedaría con rudo, con mi madre no hubo problemas, me pidió que lo saludara de su parte, mi papa...me hizo el típico interrogatorio y casi cuando pase su polígrafo solo me dijo que tuviera cuidado, solo rodaba los ojos y la cabeza soltando un suspiro, tome un autobús rumbo a la pizzería para irnos juntos, los quince minutos de viaje no se sienten con mi música en el viaje, solo es cuestión de no pasarme la parada, cuando llegue a la pizzería un poco antes me quede sentado afuera en los asientos de piedra del parque de los lagos hablando con Rudo que lo esperaba, hacia fresco del anochecer y la luz del alumbrado público del parque daban un aire familiar, vendedores vendiendo frituras y golosinas, señores vendiendo manzanas acarameladas y algodones de azúcar, vendedores de globos y otros juguetes, ya de noche con el bendito horario de invierno Rudo salió y fue donde estaba yo, tenía su mochila en la espalda, un abrigo enorme que a él le quedaba perfecto a mi como tipi y una bolsa negra grade en la mano, me saludo, nos dimos un abrazo amistoso, hombro con hombro y un par de palmadas, nos fuimos a su casa en taxi, ya hasta que entramos a su departamento y cerró la puerta puso la bolsa negra en su mesa y su mochila en la silla, me tomo de la cabeza y me beso profundamente, me tomo de las mejillas metiendo su lengua entre mis labios hasta están en mi boca, paso sus manos a mis hombros y bajo aún más hasta mi cintura abrazándome pegándome a su cuerpo, sus brazos me estrujaban con fuerza y presionaba mi boca, se separó de mi tomando aliento y sonriéndome

-tons que mi chaparro ya tienes hambre o quieres esperar para comer, me dieron unas garnachas, están bien sabrosas-

- ¿tienes hambre? Yo no tengo mucha, puedo esperar, pero si tú quieres podemos comer-

-pus... aguantamos pa'la noche, tampoco tengo tanta hambre-

Nos fuimos a su sofá y nos sentamos como de costumbre, encendiendo la tele para que nos hiciera compañía, me sentaba a un lado de él pero él me jalaba sobre el para estar sobre sus piernas, me rodeaba con sus brazos y me recostaba, besaba mi frente y recargaba su mentón en mi cabeza, como de costumbre jugaba con el pelo de su pecho que salía de su camisa inhalando el aroma que emanaba su cuerpo estrujando al enorme toro, pasamos un rato ahí acurrucados hasta que llego el hambre, nos levantamos del sofá, bueno, él se levantó del sofá, yo de él, recalentamos la comida, sacamos platos, vasos, bebidas etc, nos habíamos sentado en la mesa y justamente cuando Rudo se sentó llamaron a la puerta, algo molesto rodando los ojos y soltando un suspiro el toro se levantó y fue a la puerta, abrió lentamente y para su sorpresa su queridísimo amigo felino estaba ahí, con una bolsa

- ¿Qué paso wey? -

-nada, vengo a conocer a tu cachorrito, quiero conocerlo-

- ¿y no pudiste decírmelo y lo hacíamos otro día? ¿tenía que ser ahora? -

-llevo rato queriendo conocerlo, después de toda la ayuda que te he dado es lo mínimo ¿no? -

Rudo rasco su cabeza dando un suspiro dejando pasar al tigre

Toma la vida por los cuernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora