haciendo mis mierdas en casa disfrutaba del internet como era de costumbre, no había pedidos de toritos por lo que podía tomarlo como un día de descanso, oía a mi papa hacer demasiado ruido en la sala, le falta comprender el significado de la palabra holgazanear, iba y venía de un lado a otro, la puerta se abría y se cerraba y me estaba empezando a molestar de verdad, entre azoton de puerta y que movía algunas cosas me estaba desesperando todo su escándalo, Salí e mi habitación y vi al enorme león en la puerta de la casa, con su ropa deportiva, tenía algunas herramientas de jardinería en sus manos y sus malditos tenis llenos de lodo manchando mi pobre piso, nunca en mi maldita vida he tenido un piso trapeado que me dure más de 24 horas nunca
- ¡papá ¡¿enserio te cuesta tanto limpiarte las malditas patas antes de entrar a la casa? Mira nada más, huellas de lodo por toda la sala-
-no es para tanto, ahorita paso la jerga y ya-
-no tendrías que hacerlo si limpiaras tus patotas llenas de lodo-
-uy cabron que delicadito, ya ahorita lo trapeo cuando termine-
-que bárbaro sujeto, ya no se tiene respeto por el piso recién trapeado de las personas-
Mi papa solo rodo los ojos negando con la cabeza, fui por el trapeador a quitar esas horribles manchas de lodo del piso, era más que evidente que no lo iba hacer, no es la primera vez que lo hacía y no sería la última, cuando termine lo que haga dirá que estaba demasiado cansado y que se le olvido, el pobre gatote estaba tan cansado que fue a descansar haciendo ejercicio...habiendo pasado la jerga, mi piso estaba nuevamente limpio, había algo con lo que él pudiera limpiar sus malditos tenis y no ensuciar más, estaba seguro que no lo iba hacer pero yo no puedo hacer más, mirando la hora vi que era un poquito tarde y tenía que hacer la comida, porque si mi papa se le ocurría la brillante idea de decirme que la hiciera se me irían las ganas y prefería quedarme con hambre a hacer algo que me dijeron que hiciera, prepare algunas milanesas de pollo, puré de papa, y una sopa de fideos, tarde más en empanizar que en freír, el aroma de las hiervas que mezclo con el pan dan un aroma tan escandaloso al freírlas, el aroma era increíble, tenían un hermoso color dorado, el puré de papa tan cremoso y la sopa de fideo que me salió soberbio, me cagaba en mi reputisima madre, cocinaba tan delicioso que me casaba con migo mismo, como podía ser tan increíble, pero basta de vanagloriarme en mi magnificencia, tenía hambre y quería comer, le avise a mi papa que estaba la comida hecha, no tardó mucho en entrar a la casa sin limpiarse las putas patotas llenas de lodo manchando mi piso, secaba el sudor de su frente con un pañuelo
- ¿Quién va por las tortillas? -
-yo cocine, eso ya no me corresponde-
- ¿entonces comemos así sin tortillita? -
-yo puedo comer perfectamente sin tortillas-
-no, no manches, como comer sin tortillita, ¿te lanzas por unas? -
-yo ya cociné así que me borro-
-vas y te disparo una coca-
-ah, así si baila mija con el señor-
Mi papa se empezó a reír negando con la cabeza
-hijo de tu madre, pero sin coca no te mueves, ¿verdad?, deberías de tomar más agua-
-ni que fuera planta, la coca me motiva hacer las cosas, sin coca la vida sería un error-
El enorme león se reía sacando su billetera dándome un billete y una fuerte palmando en la espalda que casi provoca que escupa mis pulmones, si bien la travesía era a dos cuadras bajo el sol la coca valía todo el riesgo, regrese rápidamente a la casa, el sol en la espalda me hacía sentir que me incendiaba, tan pronto como llegue a la casa puse la mesa serví la comida con los vasos y nos sentamos a comer, disfrutábamos la comida que me había quedado todo muy rico, mi teléfono repentinamente empezó a sonar, Rudo me llamaba por teléfono mi papa de metiche preguntando como siempre
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Toma la vida por los cuernos
RomanceUna historia de como se conocen mi Fursona y su novio, y los momentos que les esperan en la vida