Capitulo 30

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Despertando en una cama que no era mía, en una habitación que no me pertenecía me sentía realmente incómodo aun, tome unos momentos para despabilarme y para arreglarme un poco, buscando mi cepillo para peinar mi cabello y cepillar mi pelaje, ate mi cabello para que no se abultara en mi nuca y acalorada, y como si hubiera un monstruo por los alrededores abrí lentamente la puerta verificando si había signos de vida, todo se oía silencioso, excepto por los ruidos del exterior, gallinas cacareando, gallos cantando, pollitos piando y el viento que mecía las ramas de los árboles enormes alrededor de la casa, cargados de aire caliente para mi mala fortuna, como espía fui al baño y tan pronto como termine mis asuntos regrese, de verdad, solo me hacía falta un traje entallado negro y un arma para ser agente secreto, tome mi maleta para vestirme, eligiendo una playera con un color muy claro de azul, unas bermudas, el hecho de mostrar cuerpo de tobillos a casi rodilla ya me hacía sentir exhibido, pero era refrescante, peine mi cabello y saliendo con mejor apariencia actúe como si así fueran todas mis mañanas, la casa estaba sola, las puertas estaban abiertas y no ver ni un alma, ni siquiera estaba Rudo, seguí el poco ruido que había afuera en la parte trasera de la casa asomándome por la puerta que había en la cocina y se podía ver el toro, mi toro, no su padre ni su hermano, cargando algunos costales mientras era perseguido por algunas gallinas que iban tras de él, me recargué en el marco de la puerta mirándolo trabajar hasta que se percató que estaba ahí, sacudió sus manos y seco el sudor de su frente acercándose a mi sonriendo, tan pronto como estuvo frente a mi tomó mi hocico besándome

- ¿descansaste bien chaparro?, ¿Cómo estás? -

-meh, dentro de lo que cabe estoy bien, aún tengo calor, y si, dormí bien, para no estar en mi cama ni casa-

-se va a pasar rápido chaparro, trata de disfrutarlo, ¿ya desayunaste? -

-en casa ajena prefiero no tocar nada-

-tons vamos pues, vamos a desayunar-

- ¿no has desayunado tu? -

-sí, pero desayuno contigo también que me está dando hambre otra vez-

- ¿Qué vas a querer comer? -

-ahí vemos el refrigerador, en lo que el café se calienta, ¿te gusta el café de olla? -

-no es mi favorito, estoy más acostumbrado al soluble, pero si lo he tomado

Fuimos a la cocina, rudo puso una olla de peltre a calentar y se fue al refrigerador, estuvo unos minutos inspeccionando hasta que sacó tomates cebolla y chile, tomo unos cuantos huevos de la puerta del refrigerador

-te avientas unos huevos a la mexicana-

-no, aventar comida no me gusta, lo puedo preparar, pero aventarlo no-

me dio un codazo empujándome de mi lugar mientras me reía

-hay tortillas o...tengo que...prepararlas, porque yo no sé prepararlas-

-no, si hay tortillas de ayer, las calentamos en el comal na'mas-

-perfecto, a ver, pásame una tabla y un cuchillo para empezar a picar

Me pasó una tabla mediana de madera y un cuchillo que era algo viejo, pero cortaba como katana, esos eran buenos cuchillos, no como los de ahora que partes un vegetal y ya no cortan y les da ansiedad, empecé a picar el tomate en cubos pequeños, la cebolla finamente y los chiles tome unos cuantos y aún más fino empecé a picarlos, quería que fueran para darle un poco de color y sabor, no hacerlo picante, al final de todos modos Rudo iba a ponerle salsa al suyo, así que no hacía falta hacer una comida picante, me paso un sartén que puse en la estufa con aceite y lo deje calentar mientras rompía los huevos en un bol, lo sazonaba y lo batía, saltee la verdura dejando que se cocinara lo justo moviendo constantemente para que no se pegara y luego puse el huevo, dejándolo que se cocinara un poco y removiendo, me gusta cuando los huevos quedan revueltos y con apariencia esponjosa, dejar el huevo exactamente en su punto tenía su mejor sabor, cuando se pasa un poco tiene un sabor más fuerte a huevo y eso puede perder los sabores de las verduras, me paso las tortillas y calentándolas en la estufa a fuego directo con cuidado de que no se me quemaran, las fui dejando en una servilleta de tela para mantenerlas caliente

Toma la vida por los cuernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora