Capitulo 2 Cita Encubierto

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Preparaba otra tanda de toritos, no importa si hace frio o calor la gente quiere embriagarse y un licor de crema con hielo siempre luce apetecible, los que más se vendían eran los de cajeta, coco y cacahuate, preparaba varias botellas de cada sabor, solo me quedaba tener que agregarles el aguardiente, embotellarlo y guardarlos para que se mantengan fríos y listos para el consumo, revisaba mi teléfono con algunas notificaciones de gente que quería un par de botellas y para mi pinche suerte querían que nos viéramos cerca de mi casa, tendría que volver a salir, lo tanto detestaba, tuve que vestirme para salir tomar unas botellas y salir a la plaza nuevamente para hacer la entrega, sin duda lo más loco que hecho por dinero es trabajar, Salí de casa con las botellas y fui hacer la entrega esperando que Karla, mi hermana me dijera quien era el cliente, donde lo vería y cuantos quería, y sin duda si me decía que no los quería después de hacerme salir a lo pendejo le metería dos botellas por el...no importa, en la entrada de la plaza frente las puertas del Chedraui miraba los mensajes que Karla me enviaba, básicamente ella era nuestro contacto, el sujeto que quería los toritos me encontró, me pidió dos botellas y me pago, con un billete grande, por estas putas razones odio salir a entregar, mis matemáticas son malas, me enredo en ese tipo de cosas tengo que darle cuarenta pesos de cambio pero aunque sea algo simple me enredo no confió en mis sumas y restas y ya me ha pasado donde doy de más o menos, afortunadamente tenia cambio, dos billetes de veinte solucionaron mi aprieto, pero no siempre tendría esos billetes y no siempre me pagarían con ese billete, lo unció bueno es que teniendo dinero y estando ya en la plaza había que hacer que la salida no fuera en vano, fui a una cafetería y pedí uno de esos deliciosos frappes con galleta oreo y crema batida, me senté en uno de los sillones con el fresco aire acondicionado, mi teléfono empezó a sonar, conteste rápidamente, me sentí tan glamuroso, en una cafetería cómodo en un sofá hablando por teléfono como si estuviera descansando de un pesado día cuando lo único que hago es hervir leches agregar ingredientes batir y dejar enfriar

-hola zorro como estas ¿Qué haces? -

-nada, estoy en una cafetería-

- ¿en una cafetería? ... ¿estas con alguien? -

-no, estoy solo-

-pensé que no te gustaba salir-

-no me gusta, me hicieron salir-

- ¿Quién? -

Ese "Quien" lo dijo de una manera algo seca y áspera, aunque no le di mucha importancia

-mi hermana, me hizo salir para hacer una entra de toritos, que por cierto ya tengo toritos si quieres uno dime de que sabor te gustaría y te aparto unos-

-que chido, gracias, guárdame uno de coco y cajeta-

- ¿y tú que haces? ¿no estás trabajando? -

-ahora estoy en mi descanso, te llamaba para saber cómo estas y que hacías-

-ahora creo que mejor me regreso a la casa, la cafetería se está llenando de gente-

-oye, ¿te gustaría ir al cine un día de estos? -

¿otra vez vas a empezar a preguntarme que quiero? -

soltó una risa

-bueno, vamos al cine a ver una película, ¿paso por ti o nos vemos en cinepolis? -

-si quieres pasa por mí y nos vamos juntos-

-sales, me gusta esa idea, después pasamos a comer, donde...nah, olvídalo ya vemos a donde cenamos, oye... crees que podamos vernos en la noche en el parque Juárez, salgo a las seis, podemos vernos a las siete y te llevo a tu casa-

Toma la vida por los cuernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora