LAUREN [En edición]

Capítulo VIII

Al día siguiente, me despierto temprano y salgo a trotar, de verdad lo necesito, despejo mi mente e intento no pensar en Voldemort, respiro el aire limpio y siento como mi cuerpo se relaja involuntariamente; una que otra persona estaba trotando, el urbanismo, queda un poco retirado de la ciudad, solo podrías encontrar en este lugar mansiones costosas, algún famoso, probablemente un multimillonario que lo persigue la prensa o el soltero más codiciado del país, debías de tener mucho dinero para vivir aquí, casi era un requisito; parecía interesante vivir en un lugar como este, pero es todo lo contrario. Solo es el lugar a donde los ricos venían a dormir, a hacer grandes fiestas y a refugiarse de la prensa.

Después de una hora de trote continuo por el lugar, me devuelvo a casa, con el cuerpo sudado y la respiración un poco agitada, mis músculos están un poco tensos, nada fuera de lo común, tenía tiempo sin ejercitar mi cuerpo.

Entro por el enorme portón, deslumbro la gran mansión, es hermosa, tenia aquellas piedras tan costosas, el jardín en perfecto estado y algunas paredes de cristal, debo admitirlo, es una casa muy moderna y espectacular, pero no la consideraba un hogar; voy directo a la cocina, estoy muerta de hambre, mi estomago ruge, al llegar saludo a Francis con cariño y a Pascual un poco más formal, me quedo charlando con ellos de cosas sin importancia, mientras Francis me prepara mi desayuno favorito, me tomo un batido de proteínas mientras espero.

Desayuno con calma por primera vez en muchas semanas, me siento tan relajada. ¡Uff! Cómo necesitaba estar así un día. ¡Qué divino!

Subo a mi habitación y me cambio la ropa deportiva por un bañador, tengo tantas ganas de bañarme en esa piscina que casi nunca usamos, que desperdicio de dinero tan grande; voy a la piscina con mi toalla, mis lentes de sol y un libro para leer luego.

El día transcurre calmado, sin novedades, hago cosas simples, como nado, revisar mis redes sociales y un poco de lectura, hago un post de mi día de piscina sola, hablo con papá un rato, la verdad no tenía ganas de hacer nada, tenía un mes de vacaciones, antes de que comenzara el próximo año de clases.

Llega el lunes, no sabía ni qué hacer; Abel, no paraba de entrar y salir de mi mente, hoy era su graduación y también la de Kevin; debo felicitarlo, en realidad debía acompañarlo, pero no, era Amber la que estaba invitada, me imaginaba la escena, después de la graduación, una cena familiar, Abel con sus padres y su ahora novia, Amber, besándose y diciendo lo mucho que se amaban. Ahora me arrepentía, no debía haberle dicho que no.

Soy una estúpida.

Estúpidos sentimientos encontrados.

Ya ni sé que digo, en realidad no lo soy, solo estaba haciendo lo correcto y ahora lo hago.

De seguro me siento así por la menstruación.

Paso el día un poco molesta, reviso mis calificaciones, casi todas tienen un diez, jodida matemática, saque un siete, papá se molestara cuando sepa que matemáticas me tiene jodido el promedio.

No paro de revisar Snapchat, veo como se divierte Abel en su graduación, se le ve solo acompañado de sus compañeros de facultad y nuevos colegas, todos se le ve felices celebrando, este sube y sube contenido de su graduación, pero en ninguna foto se ve a Amber, cosa que se me hace muy extraña.

Ya en la noche intento relajarme y decido ver un maratón de Marvel, busco en la nevera y agarro un gran tarro de helado de mantecado, le agrego chispas de chocolate y me voy a mi cueva personal.

La semana transcurre en calma, Laura llega de su viaje amoroso con Hiro, salimos de compras a tiendas de diseñador, vamos de nuevo al spa para relajarnos, una que otra noche tenemos una animada noche en familia, súper animada y llena de amor, cariño, súper pacifica.