¿Has visto como se oculta el sol?

912 111 34
                                    

La ciudad ya casi había desaparecido por completo, en los alrededores del castillo ya no existían más que ruinas, siendo el edificio del gremio lo único en pie y ahora la situación no podía ser más desfavorable, los golems habían hecho retroceder a los soldados que se habían quedado en la ciudad hasta casi llegar al castillo, mientras que intentaban proteger a los civiles. El cerco de aquellas criaturas se cerraba cada vez más ya que no importaba lo que hicieran, su número no disminuía y a cada segundo aumentaban de tamaño, absorbiendo todo lo que tocaban.

—Esto no podía ser peor —murmuró Yunei, mientras arrojaba una flecha en contra de una de aquellas cosas. Sus flechas grabadas con runas explosivas hace mucho que se habían agotado y ahora solamente le quedaban normales, impulsadas con magia de viento.

Por desgracia, eso poco odia hacer para detener a los golems.

—Será mejor que retrocedas —le recomendó Ilisa, atacando al mismo golem con magia de luz, 'reduciendo mejores resultados, aunque no los suficientes—. Ve al castillo y comunícate con Filisteri, debería tener un arma...

Ilisa no termino su frase, pues en ese momento una explosión de gran magnitud ocurrió mar adentro. A pesar de la distancia los defensores pudieron observar como un enorme relámpago de luz ilumino el cielo y luego cayó a la tierra, seguido del sonido de olas rompiendo contra la costa y destrozando todo a su paso.

—¿Qué rayos fue eso? —preguntó Ilisa, estupefacta y asustada—. ¿Pero qué rayos fue esa cosa?.

Sus palabras temerosas, al ser de alguien a quien gran parte de los soldados, así como de los civiles, reputaban, ocasionaron gritos de pánico. La mayoría de quienes en ese momento vieron aquella luz comenzaron a retroceder, incluso hubo algunos que arrojaron sus armas y comenzaron a correr, solo para ser alcanzados por los golems, quienes los masacraron sin misericordia.

En ese momento ocurrió, un portal se abrió enfrente de los combatientes, entre ellos y el ejército de golems. Y de ellos salieron cuatro personas. Una era la reina, la otra el jefe de caballeros, también estaba el director de la escuela de magia, mientras que el ultimo era un joven delgado que cargaba un costal.

El joven se volvió hacia la multitud y dejo caer el costal, del cual salieron armas.

—Gracias, Fili —le dijo la reina, luego se dirigió a la multitud, mientras tomaba un arco del suelo—. ¡Esta es nuestra ciudad, no solo mía! ¡Puede que ahora esté destruida, pero podemos reconstruirla! ¡Nosotros somos un pueblo fuerte! ¡Un pueblo orgulloso! ¡Y lo demostraremos ahora! ¡Que los niños y jóvenes suban al castillo, ahí estarán a salvo! ¡El resto tome un arma y síganme! ¡Recuperaremos nuestra ciudad, incluso si eso nos cuesta la vida!

Luego, se dio vuelta hacia los atacantes y disparo una flecha de luz, la cual impacto directamente en una de aquellas cosas, desintegrando la mitad de su torso. No volvió alevantarse.

Su acción fue seguida de un grito de batalla por parte de sus súbditos, quienes comenzaron a imitarla.

Las palabras y acciones de la futura reina de Ulien entraron en el corazón del pueblo. Ya no les quedaba ninguna duda, aquella mujer que se paró frente a ellos para enfrentarse a los esbirros de un dios era su líder indiscutible.

Las leyendas de ese día se contarían por generaciones, la historia de cómo, en un grito de esperanza y furia, cientos de civiles tomaron espadas, lanzas, arcos y bastones y se unieron a los soldados para hacer retroceder a los invasores, de cómo el pueblo unido defendió la entrada al castillo de aquellos monstruos que destruyeron su ciudad.

—Aquí nos pararemos, ahora todo depende de ti, Hill —dijo Yunei, en un susurró tan bajo que solo el viento pudo escucharla.



Xi, Cleam y Clarisse aterrizaron sobre el cuerpo del titán, en un lugar que quien ahora llevaba el cuerpo del primer señor de la tormenta había cubierto de hielo.

Theria Volumen 6: Hyperion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora