Preludio al torneo: Lo que fue, lo que es y lo que será

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Hill


Era la segunda vez que asistía a una boda, aunque en está ocasión la ceremonia no se me hizo tan tediosa, larga y aburridas como la última vez.

No sé, tal vez se debía a qué conocía bien a los novios o simplemente se trataba de que el lugar en el que se celebraba tuviera algunos recuerdos para mí, pues fue en el mismo en el que nos registramos para una aventura Yunei, Sarah y yo.

—Filisteri Orne aceptas a Suzanna...

Incluso desde donde estaba, sentado en la última hilera de butacas, podía ver en el altar a los dos jóvenes mirarse el uno al otro con sonrisas de felicidad, ella quien siempre andaba con un aire de busca pleitos, ahora lucía un hermoso vestido de color celeste, cedido por su nueva hermana política, Farenis, lo que. A decir verdad, desentonaba con ella... pero que no sepa que yo dije nada.

Del otro lado del estrado estaba Fili, siendo quien siendo él lucía un traje negro bien cuidado y contemplaba con ojos amorosos a quien en poco tiempo sería su esposa.

Y pensar que con ellos me encontré por primera vez justo en esté lugar ya hace tantos años.

La iglesia de la vida, en donde antes se adoraba a Siel y se celebraban las misas, así como las fiestas de fin de año, fue destruida con el ataque del titán, por lo que la boda se llevaba a cabo en el antiguo gremio de mercenarios. El lugar casi no recibió daños, poseía buena iluminación y era lo suficientemente amplio para que en él cupieran gran parte de los invitados, por lo que era el sitio perfecto para estos casos.

Sonreí al recordar cómo fue que nos conocimos y como lucían tan jóvenes en aquella época. Desde ese momento pasaron más de seis años y ahora todo había cambiado, tal vez para bien o para mal, no lo sabía y no me importaba realmente, solo el hecho de verlos ahí de pie era suficiente para mí.

—Hey, Vitelius, ¿podemos hablar un momento? —dijo una voz conocida, mientras que una mano se posaba en mi hombro. Al darme vuelta me encontré con Astar y el resto del grupo, quienes no estaban vestidos de gala, sino con armaduras puestas, espadas o báculos enfundaos y mochilas a sus espaldas.

Asentí y los seguí afuera. Fue una buena idea sentarme solo hasta atrás, aun ante la insistencia de Farenis y Xi, quienes querían que estuviera en los asientos de primera fila. Pero no podía, las filas de hasta adelante estaban consideradas para la familia y amigos más importantes, así como los nobles y sus familias, pero yo no me consideraba como ninguno de ellos. Cleam, Nierya y Sarah ni siquiera se habían presentado, ya ni digamos mi hermana, aunque ahí si estaba Sarel. Los cuatro seguían protegiendo las fronteras del reino y no se habían podido presentar a tiempo, aunque se esperaba que estuvieran aquí dentro de los próximos seis meses, pues en menos de siete seria el torneo de Virelia y debíamos prepararnos para ese entonces.

Yunei se había quedado, pero servía de madrina para Suzanna, por lo que no se encontraba conmigo, aunque habíamos estado juntos casi todo el tiempo desde que desperté.

—¿Qué pasa? —les pregunte, una vez llegamos al patio que antes fue ocupado como campo de entrenamiento.

Para mi sorpresa Samin sacó un pequeño mantel y lo colocó sobre el pasto, sentándose al igual que los otros tres. Aunque estaba bastante largo y la maleza ya cubría una gran parte, no me preocupaba mucho ya que no existían insectos tan pequeños como para no verlos. Y lo que existían los podíamos cortar fácilmente con una espada, así que los imite.

—Adentro se celebra una fiesta y afuera tendremos la nuestra. Sé que te dijimos que te invitaríamos a un bar, pero los del ciudad están todos destruidos, así que... —dijo Lurent, sacando tres botellas llenas de un líquido color ámbar de su mochila—. ¡Por el presente, el futuro y el pasado!

Theria Volumen 6: Hyperion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora