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CAPÍTULO 1

"¿Qué es eso? ¿Gucci?"

"...Prada"

Sentía el sudor resbalar por mi frente y nuca. Mi respiración se escuchaba cada vez más agitada. Más con cada pisada, más con cada metro.

—¡Príncipe Edward!

La voz de Gilbert, uno de los guardianes del castillo, me llama. Él más bien es como uno de mis amigos.

Dejo de correr por la acera de los alrededores del palacio y giro mi cabeza en su dirección. Él vestía su típico uniforme color crema y traía una caja marrón mediana bajo el brazo.

—Dime —suelto con la voz entrecortada y agitada, apoyando mis manos en mi cadera.

—Le llegó su orden, alteza —informa a la vez que me extendía la caja en su mano.

Ladeo mi cabeza alzando mis cejas divertido.

—No hay nadie viéndonos, Gilbert, soy sólo Edward —reclamo suavemente recibiéndole la caja.

Cuando había espectadores, los trabajadores del castillo debían llamarme "alteza". Para mí era la regla más ridícula que podía existir. Me llamo Edward, no alteza o príncipe.

Considerando lo irónico que es el último nombre cuando nadie excepto mi familia sabe que realmente soy uno.

—Lo siento, Edward —dice en una pequeña risita— ¿Qué libro ordenaste esta vez? —quiere saber, señalando con sus ojos la caja en mis manos.

Sonrío de lado desenvolviendo el paquete. Luego, saco el gran y pesado libro de adentro para subirlo a su altura.

—La Divina Comedia —contesto mostrándoselo. Coloco la caja vacía bajo mi brazo para que no me moleste entre las manos.

—¿No compraste ese hace dos semanas? —pregunta frunciendo el ceño.

—Ese fue el volumen uno —respondo acariciando la portada del libro.— Este es el segundo.

Gilbert suspira negando con la cabeza. Su mano se estira para retirar la caja bajo mi brazo y llevársela con él.

—Disfrútalo entonces —desea antes de darse media vuelta, desapareciendo de mi delante.

Suelto una pesada respiración viendo a mi alrededor. Conocía cada rincón de este lugar, cómo funcionaba cada cosa. Conocía a cada persona que trabaja aquí y ellos me habían visto crecer a mí.

Creo que no he hecho nada de lo que un niño de mi edad debió haber hecho. Aunque mis padres siempre estuvieron para mí, nunca celebré un cumpleaños con globos y amigos así como los veía en las películas... Nunca he ido a un zoológico o tenido una mascota, ¿un pez cuenta? Nunca he ido a la playa, diablos, la piscina de aquí me tiene cansado. No soy un cavernícola, sí tengo un celular, pero ¿para qué usarlo? Apenas tengo Instagram y con una cuenta falsa, ni siquiera tengo amigos porque no voy a una escuela, mis maestros vienen aquí a enseñarme.

Parece que esto no es sólo mi hogar, si no también mi mundo.

Y estoy harto de aquello.

La misma rutina siempre. Levantarme, correr, bañarme, ir a clases, practicar esgrima, más clases, ir a hacer natación y por fin, al final del día, tenía un tiempo para mí solo y me sumergía en mis libros. Una nueva historia cada noche. Una nueva novela con la que puedo imaginar que soy yo el protagonista y que soy libre de aquí.

Prince StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora