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CAPÍTULO 18

"Edward"

Harry/Edward's POV:

Olivia estaba ciega.

"¿Cuál letra es esta, Liv?"

El doctor le pregunta a mi chica señalando a dos metros de distancia, pegado en la pared, un tablero con letras de diferentes tamaños.

Ella desde el asiento amueblado color café, luchaba por identificar la letra mientras su ojo derecho era cubierto por una paleta de madera.

—La "T" —Olivia contesta—. En definitiva es la "T".

Era la jodida "E"

El oftalmólogo, o como Olivia le decía: el médico de los ojos, suspira y cambia de letra, señalando una "G"

"¿Y esta?" —el hombre en bata pregunta.

—La "O" —mi rubia contesta.

Sí, creo que su miopía empeoró...

Le doy una rápida mirada al doctor. Él, con una fuerte exhalación, quita la paleta de su rostro.

"¿Estás usando tus lentes todo el tiempo, Liv?" —consulta.

Mi chica hace una mueca, entrelazando sus dedos sobre su regazo.

—Defina: "todo el tiempo".

Ruedo mis ojos negando con la cabeza.

—Los usa sólo cuando le da la gana, doctor —informo—. No siempre.

El hombre asiente con su cabeza y se pone de pie.

"Tu medida subió cero punto cinco en cada ojo" —informa—. "Espero que a partir de ahora sí los uses permanentemente, Olivia".

Mi princesa aprieta sus labios ante el regaño del doctor. Yo sólo puedo observarla con esa mirada de: "¿ya ves? Tú no aprendes"

—No se preocupe, doc —aseguro.

Yo también me había hecho un examen hace unos minutos...

Adivinen quién tiene que usar lentes de descanso.

Yo: con lentes. No va a pasar.

"Y evita tener el celular muy cerca de tu vista" —el doctor agrega.

Olivia se pone de pie y avanza los pocos metros atravesando el consultorio del doctor hasta llegar a mí, junto a la puerta.

—Gracias, doc.

Después de un apretón de manos y que el hombre nos haya dado un papel con la nueva medida de Olivia, ella y yo salimos de consultorio y regresamos al lobby del lugar, donde nos acercamos al mostrador principal con una joven atendiendo.

Luego de que la señorita registre la nueva medida de Olivia en el sistema y nos asegure que empezarán con la fabricación de sus nuevos lentes pronto, ella nos dirige a la sección de diseño de lentes, así mi princesa podía elegir qué modelo y de qué color serían sus nuevos anteojos.

—Mira estos —digo señalando la columna con algunos modelos llamativos.

Olivia los toma con delicadeza y admira con curiosidad, hasta que ve el precio:

—¿Trescientos cincuenta dólares? —se queja por lo bajo— No, su vieja se los va a pagar.

Suelto una carcajada cuando la veo poner los lentes en su lugar.

Prince StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora