Prince Styles

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CAPÍTULO 10

"Me estoy volviendo loco por algo tan simple como un beso"

Harry/Edward Styles' POV:

Odio dibujar. Es un hecho.

—No hagas tanta presión, Harry —Olivia regaña en voz baja detrás mío.

—No estoy haciendo presión —gruño entre dientes observando mi dibujo en el lienzo delante mío.

—¿Entonces por qué te sale tan negro? —reclama.

—Me dijiste que agarrara el lápiz 2B —le recuerdo.

—Te dije 2H, Harry, 2H —corrige arrebatándome mi lápiz de mis dedos.

Lápices y una mierda. ¿Quién inventó esos tonos negro, gris y todas esas técnicas raras?

—La profesora ya me puso una "A", ¿qué más le quieres agregar? —lloriqueo rindiéndome, dándome vuelta sobre mis pies para encararla.

—Estamos mejorándolo —ella responde.

—Hazlo tú, si deseas —propongo—. Ya me rendí.

En un suspiro, salgo de mi lugar dejando a Olivia sola frente al lienzo. Luego me agacho unos centímetros para sacar de mi mochila sobre el suelo, mi pequeño cuaderno que uso para escribir estupidez y media cuando estoy aburrido o quiero componer.

—¿Vas a escribir? —consulta.

Escribía cuando me sentía confundido y cuando quería reflexionar por algo ocurrido. Y con algo ocurrido me refería al beso de hace unos días. Te vuelves tan sincero entre letras... lástima que no tenía mi piano aquí, hubiera sido perfecto empezar a componer algo.

—Sí, veamos qué sale —afirmo dándole una última mirada.

Me dirijo a una de las esquinas del salón y me siento en el suelo. La misma esquina donde Olivia leía hace una semana. Los demás alumnos seguían hablando entre sí y muy concentrados en sus pinturas como para darse cuenta dónde yo estaba. Olivia, sin embargo, se quedó frente a mi dibujo, y por supuesto, terca como ella sola, tomó su lápiz y empezó a hacer los retoques que quería agregarle desde un principio.

Les contaré que pasó estos últimos cuatro días:

Nada

Esperé que algo cambiara entre Olivia y yo después del beso; pero nada sucedió. En ese preciso momento que volvimos a la habitación, Louis llegó gritándonos que éramos unas bestias irresponsables y que nos pudimos haber caído.

Creo que él no vio nada del beso. Mejor aún.

Después de eso, el resto de la noche transcurrió con miradas cómplices y divertidas entre Olivia y yo. Al día siguiente, la rubia se fue a su casa, y como lo prometió, no la vi hasta este lunes en la escuela.

Esperé que tal vez este primer día de semana pudiéramos hablar de lo que pasó y ver qué haríamos con nosotros ahora. Me ilusioné pensando que tal vez yo sí le gustaba y tenía una oportunidad con ella, pero por como me saludó con un simple beso en la mejilla y una sonrisa, hizo que todas mis esperanzas cayeran.