Prince Styles

22

CAPÍTULO 22

"Los escritores mienten"

Harry/Edward POV:

Es viernes a las seis de la tarde. El sol se estaba ocultando, el cielo estaba precioso. Las ventanas abajo, el viento desordenando mi cabello y el de Olivia a mi costado; la radio a todo volumen reproduciendo uno de los discos de The Beatles de Johanna. Mi novia y yo en silencio, sólo manejando por diez minutos lejos de la casa.

Nos dirigíamos a un pequeño parque detrás de una universidad.

Según yo, es propiedad privada.

Según Olivia, no le importa. Ella quiere ir ahí.

Y yo estoy para complacer a mi princesa.

Luego de haber hablado con su padre y avisarle dónde estaríamos y prometerle que no nos moveríamos de ahí, me confió ir solamente una hora por mi cuenta. Así que básicamente sólo teníamos treinta minutos para pasarla bien en nuestro picnic.

Ella se ve preciosa a mi lado. Seguíamos con la misma ropa de esta mañana que fuimos a la escuela. Algo simple, ambos unos jeans apretados, zapatillas y abrigos para el frío. Su cabello está laceado, aunque ahora estaba hecho un desastre por el viento golpeándonos.

Yo realmente quería hacer algo que siempre había visto en las películas en la que la pareja protagonista manejaba y esas cosas... pero me daba nervios y no sabía cuál sería la reacción de Olivia.

—¿Qué tienes? —ella grita sobre la música

Estiro mi brazo y bajo casi todo el volumen de la canción para poderla oír correctamente.

—¿Qué tengo? —repito en duda.

—Estás ansioso, tu pierna se mueve mucho —responde en una corta risita.

Amo y me aterra cuando me examina de esa forma.

Por supuesto dejé de sacudir mi pierna de arriba abajo y me concentré en el camino vacío frente de nosotros.

—Estoy algo emocionado por salir contigo —admito—. Nunca había hecho un picnic.

Olivia intenta acomodar sin éxito su cabello, estaba muy enredado.

—Yo tampoco... Es decir, sí con mis amigos, pero no con mi... tú sabes... novio —susurra, girando su vista a la ventana.

Sonrío de lado al escucharla. A ella aún le daba cositas aceptar que tenía un novio y era yo. No la juzgo, a veces incluso me sorprendía a mí mismo saber que ella era mi chica.

—Tú sabes... —la imito de manera burlona.

Su puño golpea despacio mi torso, y aunque yo ría ante su acción, soy más rápido y tomo su mano, entrelazando nuestros dedos.

Subo nuestro agarre a mi boca y dejo un beso sobre sus nudillos. Es ahora donde tenía la opción de hacer lo que siempre vi en Netflix, o podía dejar ir su mano.

Decidí hacer lo que veía en las películas.

Sin soltar sus dedos, dejo nuestras manos juntas sobre mi pierna derecha. Siento cuando ella se tensa, pero no refuta y mantiene su mano contra la mía.

—Eres raro —murmura.

—¿No te gusta tener mi mano así mientras manejo? 

—No, sí me gusta, pero usualmente es el chico quien pone su mano en la pierna de la chica —explica con una sonrisa divertida.