P R Ó L O G O

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Westminster, Inglaterra:

En el palacio Buckingham, tienen la tradición de ceder el trono al Rey de Inglaterra cuando el primer varón heredero Styles cumpla los dieciocho años de edad.

En 1991, los reyes Styles anunciaron la llegada de una bebé, una hermosa niña llamada Gemma.

A pesar de ello, las reglas estaban claras: el trono debía gobernarlo un hombre.

Tres años después, el infante Grayson Styles, hermano del Rey Desmond, es bendecido con un niño: Tobías.

Ante los reclamos y la presión de los ciudadanos, el rey otorga su palabra y promete que cuando su sobrino Tobías cumpla los dieciocho años, él sería el nuevo rey. Aquel muchacho tomaría el cargo.

Sin embargo, siete meses después, la reina Anne Styles da a luz a un varón: Edward.

El verdadero heredero legítimo al trono de su padre.

Pero por supuesto, no fue así.

Después de muchas peleas y reuniones, la familia real Styles decidió mantener a Edward como un secreto. El país nunca se enteró sobre él, sólo aquellos que trabajaban en el palacio lo conocían y ninguno de ellos tenía permitido decir alguna palabra sobre la existencia del príncipe.

Conforme Edward empezó a crecer, se dio cuenta de la realidad y lo que estaba ocurriendo a su alrededor: lo tenían encerrado en un palacio. Un inmenso y lujoso palacio, pero encerrado.

Él estaba aburrido, cansado, y estresado. Quería salir.

Pero lo que él más ansiaba, era convertirse en rey.

Edward era inteligente, astuto. Puede que no salga de ese palacio, pero conocía cada problema y rincón de su país. Amaba los libros, la literatura, finanzas, historia. Él prefería quedarse callado y examinar los asuntos para luego dar una rápida y eficaz solución. Era un chico que prefería las cartas a un celular, leer un buen libro a películas, música antigua a la moderna, e incluso aprendió a bailar bailes de salón. Él se sentía preparado para ser el próximo rey, y, aunque su primo Tobías ya estaba destinado a ser aquello, Edward buscó y encontró la manera en que podía reclamar su trono correspondiente.

Después de pedirle y prácticamente rogarle a sus padres por más de un año que lo dejen salir, los reyes aceptaron dejarlo ir al pueblo de Clare, Suffolk, donde se quedaría tres meses y medio con la mejor amiga de su madre, Jay. No obstante, tenían dos condiciones para él: uno: no decirle a nadie que es un príncipe en secreto, y dos: regresar al palacio el primero de febrero para la coronación de su primo Tobías.

También ese era el día en que cumplía los dieciocho años. Una maravilla, muy oportuno.

Edward aceptó el trato y entonces el plan se puso en marcha: los reyes se contactaron con Johanna, más conocida como Jay, quien sorprendida y emocionada accede alojar a Edward en su hogar por aquellos meses y, además, hacerse pasar por su tutora. Edward recibe una nueva identidad, él cambia su nombre a Harry, manteniendo su apellido Styles.

Olivia Ward es la mejor amiga de Louis Tomlinson, el hijo de Jay. Ella es una joven de diecisiete años aspirante al arte. Olivia, o como sus amigos la llaman: Liv, tiene la oportunidad de ganarse una beca a una de las mejores academias de arte del país; lo único que debe hacer es ir a retratar en vivo la coronación del próximo rey de Inglaterra.

Edward conocerá a Olivia,

Pero Olivia conocerá a Harry.

¿Podrá Harry mantener el secreto de un príncipe?



-Val. X

Prince StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora