Prince Styles

4

CAPÍTULO 4

"No es princeso, es príncipe"

—¡Olivia! —Louis grita por segunda vez a las siete y cincuenta y cinco de la mañana.

Jesús, sólo quiero dormir.

—¡Liv, se nos va a hacer tarde! —Tommo vuelve a rugir.

Estábamos frente a su casa esperando a que la rubia saliera para ir a tomar el bus e ir a la escuela.

Ayer cuando Louis regresó de su trabajo, me llevó a comprar ropa "normal". Polos simples, jeans, shorts, bandanas... Mis trajes "elegantes y modestos" como los llamaba mi amigo, habían sido guardados en el fondo del clóset de Tommo.

Después de regresar de compras, le conté a Louis sobre la cita de Olivia con Payne, y prácticamente, Lou casi iba a ir a buscar a Liam para gritarle su vida entera.

Luego de calmarlo y decirle que iba a ser un hecho que Payne lo golpearía hasta dejarlo sin conciencia incluso antes que Tommo pudiera ponerle un dedo encima, creamos un plan.

Interrumpiríamos su cita de la mejor manera.

—¡Un segundo!

Olivia canturreó sacando su cabeza por el marco de la puerta de su casa. Ella tomó un pequeño parlante color rojo y lo dejó en el primer escalón de la entrada.

—¿Qué carajo está haciendo? —Louis susurró con fastidio.

—Déjala ser —murmuré de vuelta dándole un leve golpe en el brazo, sin quitar la mirada de las acciones de la rubia.

Tommo soltó un gruñido y su pie empezó a golpear contra la acera de forma frenética en símbolo de desespero. Luego, el miró su muñeca como si leyera la hora en un reloj.

—No tienes un reloj —le recuerdo.

—Me importa un- —iba a decir, cuando el inicio de una canción a todo volumen interrumpió sus palabras.

La puerta de la casa de Olivia se abrió por completo al mismo momento que la canción "Eye of the tiger" comenzó a sonar desde el parlante. Olivia vestía toda de negro: unos pantalones ajustados brillosos y chaqueta de cuero negra; al igual que unas botas de ese color.

—¿Qué demonios...? —Lou alargó sin quitarle la vista a su mejor amiga.

La música "de pelea" al fondo colocaba un ambiente graciosamente peligroso.

Olivia caminó hasta nosotros con su mochila colgada en sólo un hombro, moviéndose de lado a lado fingiendo rebeldía.

—¿Qué onda...? —dijo arrastrando las últimas letras, cruzando sus brazos sobre su pecho como misma pose de raperos antiguos.

Yo sólo pude tragar saliva sintiéndome extrañamente intimidado y confundido.

—¿Qué mierda traes puesto? —Louis pregunta en un gesto de desagrado señalando con desprecio sus prendas negras.

—Soy una chica mala —Olivia responde.

Tuve que contener una risita en mi garganta. Ella no tenía ni una pizca de maldad en ese rostro. Ni siquiera en su altura.

—Cariño, pareces un minion apunto de robar un banco —Lou escupe burlón.

Esta vez no pude aguantar la risa cuando se escapó de mis labios.

—¿Por qué te vestiste así? —consulto gracioso.

—Liam dijo que le gustaban las chicas malas, así que seré una —ella responde alzando su mentón, sintiéndose orgullosa.