Capítulo 3: Intercambio de Impresiones

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Mi padre mandó a Meyrin y a Ran Mao a preparar una habitación para recibir al joven desconocido, mientras tanto él se levantó apoyándose del brazo de Madame Red y cruzaron la puerta de la mansión. Las sirvientas ya lo esperaban en el vestíbulo y lo condujeron inmediatamente a su habitación. Luego de un rato, Meyrin vino a decirnos que apenas nuestro joven invitado fue a su cama, se hundió en un sueño profundo y Ran Mao se quedó cuidándolo.

Esa noche nosotros fuimos a tomar el té en la gran sala, ya que mi padre aún conserva sus costumbres inglesas y esta bebida nacional aparece frecuentemente en nuestra mesa junto al café y el chocolate. La sala contiene muebles antiguos de roble tallado y los sillones están decorados con cojines de terciopelo rojo, tiene 4 enormes ventanas que muestran el hermoso paisaje forestal y las paredes están cubiertas con tapices y molduras doradas.

-¿Cómo encuentras a nuestro invitado?- Le pregunte a Meyrin.- Háblame de él.

-Es un joven muy agradable, joven amo, tiene su edad.- Dijo Meyrin.

-¿Notaron en el carruaje, luego de que lo habían enderezado, la presencia de un hombre que no bajó si no que se mantuvo mirando por la ventana todo el tiempo?- Preguntó Madame Red y todos negamos con la cabeza.- Era un hombre vestido de negro y sus ojos eran de un brillante color ámbar, parecía molesto ¿Han observado también la apariencia de los sirvientes?

-Si, me pareció que eran trillizos.- Respondió mi padre.- Todos tenían el cabello violeta y sus ojos parecían color rojizo, daban un aspecto siniestro. Pero debo admitir que se notaba que eran muy hábiles: Volvieron a poner el carruaje en su lugar en un instante sin gran esfuerzo.

-Me ha dado mucha curiosidad, espero nuestro invitado aclare todo mañana.- Dijo Madame.

-No creo que lo haga.- Declaro mi padre sonriendo con un aire misterioso y sacudiendo la cabeza, como si supiera más de lo que nos había revelado. Esto me hizo sentir más curiosidad de que había hablado con la dama vestida de morado y en cuanto estuvimos solos, le suplique a mi padre que me contara todo.

-Realmente no es nada de vital importancia.- Dijo mi padre.- La dama dijo que su hijo tenía una salud delicada y estaba enfermo de los nervios pero que no padecía alucinaciones y que disfrutaba de toda su razón.

-Que extraño que haya mencionado eso.- Respondí intrigado.

-Dijo que volverá por su hijo en tres meses y que mientras tanto él no tiene permitido revelar de dónde vienen y hacia dónde van porque es un secreto muy importante.

Mientras mi tía Madame Red usaba sus conocimientos médicos para revisar que el joven estuviera bien de salud, yo me mantuve impaciente por verlo y hablar con él. Cuando bajo al salón, nos dio excelentes noticias: Ahora el joven estaba sentado en la cama y se veía perfectamente sano, su cuerpo estaba ileso y el ligero shock nervioso que sufrió ya había desaparecido.

Así que envié a Meyrin a preguntarle al joven si me permitía pasar unos minutos en su habitación y ella regreso de inmediato para decirme que era su más querido deseo. Nuestro visitante estaba en una de las habitaciones más hermosas de la mansión con hermosos tapices representando escenas egipcias en las paredes que hacían una perfecta combinación con las decoraciones doradas de la habitación. El niño delgado y de agraciada figura estaba sentado en la cama vistiendo una suave pijama de seda blanca.

Pero en cuanto me acerque mucho a la cama comenzando mi discurso de bienvenida, algo me hizo retroceder dos pasos sorprendido: Me di cuenta de que su cara era la misma que había visto una noche en mi infancia, esa cara que se había quedado profundamente grabada en mi memoria, la que había meditado y había temido en silencio durante tantos años.

Era bonito, en realidad hermoso. Tenía la misma expresión de melancolía que la primera vez que se me apareció pero casi de inmediato se iluminó con una extraña sonrisa y finalmente habló.

-¡Esto si es maravilloso!- Exclamó el.- Hace 10 años vi tu rostro en un sueño y no he dejado de pensarlo desde entonces.

-Maravilloso, en verdad.- Repetí nervioso intentando dominar el impacto que me había impedido hablar.- Yo también te vi en sueño o realidad hace 10 años y nunca pude olvidar tu rostro.

Su sonrisa fue más suave y los hoyuelos que se clavaron en sus mejillas lo hacían lucir exquisitamente bello. Lo que pensaba que era extraño ya había desaparecido y sintiéndome tranquilo, reanude mi saludo de bienvenida de forma más hospitalaria, le dije que su llegada inesperada nos trajo a todos un gran placer y que a mí personalmente me había traído una verdadera felicidad.

Mientras hablaba con él, tome el valor de tomarle de la mano, siempre fui un niño tímido pero la situación me hizo audaz. Él puso su mano sobre la mía y la apretó con ternura, después me regaló una rápida mirada de sus hermosos ojos azul cielo, sonrió de nuevo y se sonrojo. Una vez terminando mi discurso y contándole mi sueño de infancia, me senté a su lado aun asombrado y el continuó hablando:

-Es muy extraño que te haya visto y me hayas visto como somos ahora, aun cuando éramos niños en ese momento, apenas tenía 6 años cuando me desperté una noche y me encontré en una habitación diferente a la mía.- Comento.- Al dar una mirada me pareció que no había nadie en la habitación, luego me deslice por debajo de la cama hacia la ventana pero cuando llegue al otro lado del mueble pude escuchar a alguien llorar. Entonces te vi, como te veo ahora: Un joven hermoso de cabello azul grisáceo, grandes ojos azul zafiro... y tus labios, oh, tus labios... tu, todo de ti.

Pude sentir como un sonrojo subía hasta mis mejillas ante sus dulces palabras y la mirada apasionada que me daban sus ojos azul celeste, solo pude desviar la mirada haciendo un gesto para que prosiguiera con su historia.

-Atraído por tu belleza, me subí a la cama y te tome en mis brazos. Hasta donde puedo recordar, ambos nos quedamos dormidos hasta que un grito me despertó de repente: Estabas gritando sentado en la cama. Preso del terror, me resbale en el suelo y me pareció que perdí el conocimiento por un momento pero cuando recupere el uso de mis sentidos, ya había vuelto a mi habitación en mi casa. Desde entonces jamás olvide tu rostro, estoy seguro de que eres el joven que vi.

Sin darme la oportunidad de hablar, él suspiro y siguió hablando.

-La verdad es que no me dio miedo en lo absoluto, si no que solo tengo la impresión de haberte conocido hace 10 años, me parece que estamos destinados desde nuestra infancia a hacernos amigos.- Expreso con una gran sonrisa y sus ojos brillando de alegría.- Me pregunto si te sientes tan extrañamente atraído hacia mi como yo me siento atraído por ti. Nunca he tenido un amigo ¿Encontrare uno ahora?

A decir verdad, este atractivo desconocido me inspiro un sentimiento inexplicable. Efectivamente yo estaba, en sus propias palabras, atraído por el pero a la vez sentía cierto temor acompañado de un mal presentimiento que intente ignorar. La atracción es demasiada, me intereso y me cautivo porque es un joven muy hermoso de un encanto indescriptible.

-Así parece.- Respondí, en ese momento me di cuenta de que parecía cansado así que decidí despedirme.- Buenas noches... Ahora que recuerdo, Madame piensa que una de nuestras sirvientas debería quedarse en la noche para cuidarte.

-Gracias pero no es necesario, no puedo dormir si hay alguien más en mi habitación.- Comento con expresión triste.- Nuestra mansión fue robada una vez y dos de nuestros sirvientes fueron asesinados, desde entonces cierro la puerta con llave.

Inesperadamente, me rodeo dulcemente en un abrazo y susurro en mi oído:

-Buenas noches, querido, me duele separarme de ti pero debo decirte buenas noches. Nos veremos mañana por la tarde.- Se dejo caer sobre la almohada con un suspiro, sus hermosos ojos me siguieron con una mirada tierna y melancólica, mientras murmuraba de nuevo.- Buenas noches, mi dulce amigo.

El amor suele surgir de forma espontánea e inesperada, al igual que la simpatía. Me sentí halagado por el afecto y confianza que me mostró a primera vista, él había decidido que seriamos amigos íntimos.

Nos volvimos a encontrar al día siguiente, la luz del día no le quito su belleza, es sin lugar a dudas la criatura más bella que he conocido. Y el desagradable recuerdo de mi sueño de infancia ya no me producía un efecto terrible si no que a ambos nos hacía reír y pensar que estábamos predestinados a conocernos. 

El invitado | Ciel x AloisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora