Capítulo 12: Advertencia

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Pasó el tiempo y la boda de mi padre con Madame Red iba a ser esa semana, sin embargo, llevaba días sintiéndome cada vez más mal pero había decidido ocultarlo para no arruinar la boda.

Sin embargo, Alois ya había notado mi estado, también Meyrin y Ran Mao, por lo que estaban muy pendientes de mí aunque les hice prometer que no le dirían nada a Madame o a mi padre.

Cada día me sentía más débil y el dolor punzante en mi garganta se hacía más intenso, como si dos agujas me atravesaran la piel.

-Jamás pensé que este día llegaría, estoy tan feliz.- Me decía mi tía el día de la boda.- Ciel, le he preguntado a Vincent pero ahora te lo pregunto a ti ¿No hay ningún problema en que use el mismo vestido que tu madre?

-Claro que no, Madame.- Respondí pero entonces una duda asaltó mi mente, los recuerdos borrosos de mi madre y el día de su funeral comenzaron a volverse claros. Recordé su rostro, sus facciones, su piel pálida sin vida y el vestido blanco que llevaba puesto aquella última vez que la vi.- ¿Conservaron el vestido? Creí que la habían enterrado con él.

Note a mi tía muy nerviosa, pocas veces se le veía así.

-No, mi hermana llevaba otro vestido blanco ese día.- Respondió de forma cortante.- Ahora ve por Alois y nos vemos en la iglesia, tengo que alistarme.

Así que me dirigí a la habitación de Alois, caminaba de un lado a otro tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera pareció notar mi presencia hasta que hable.

-Es hora de ir a la iglesia.- Le dije.

-No puedo, me tengo que quedar aquí. Hoy es el día en que se supone mi madre debe regresar por mí.

Su respuesta me impacto, ¿Acaso iba a irse luego de todo lo que pasamos?

-¿Me dejas?- Pregunte casi sin querer, Alois tomo mis manos.

-Claro que no, querido Ciel, le voy a pedir más tiempo.

-Muy bien, entonces yo tampoco iré a la boda y me quedare contigo hasta que llegue tu madre.

-Claro que no, es la boda de tu padre y Madame.- Se negaba Alois soltando mis manos.- Debes ir.

-Solo iré si tú vas conmigo.- Replique intentando convencerlo.

-Está bien, mi querido manipulador.- Dijo Alois con un puchero, sonreí ante su comentario.- Iré pero cuando al boda termine, me acompañarás a un lugar antes de ir al baile para celebrar.

-Por supuesto, es un trato.- Respondí, bastante intrigado de a donde quería que fuera con él.

En ese instante mi padre apareció en la entrada de la habitación.

-Niños, los estaba buscando.- Dijo felizmente, lucía un elegante traje muy costoso y se había peinado el cabello hacia atrás.

-Ya no soy un niño.- Le recordé molesto.

-Para mí siempre serás mi niño.- Dijo revolviéndome el cabello, hice un puchero.

-Que atractivo se ve, señor Phantomhive.- Le halago Alois con un tono algo coqueto, le di un codazo algo celoso.

-Gracias, Alois.-Dijo mi padre, Alois me tomo el rostro y agrego.

- Aunque claro, su hijo Ciel también luce muy atractivo con ese traje negro. Es tan hermoso que tal vez uno de estos días le pida su mano.- Un sonrojo se formo en mis mejillas y lo aparte avergonzado mientras mi padre soltaba una carcajada.

-N-n-no digas tonterías, mi padre va a malinterpretar tus bromas.- Le reclame.

-Pero no estaba bromeando.- Me susurro Alois por lo bajo, el sonrojo en mis mejillas se hizo más intenso y lo mire asombrado.

El invitado | Ciel x AloisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora