Capítulo 18: Confrontación

154 21 4
                                    

Llegamos al comedor tomados de las manos, en él se encontraban Madame Red y mi padre que ya casi terminaban de comer.

-Alois, es un milagro que nos acompañes a esta hora.- Exclamo mi padre al verlo ya que Alois solía bajar más tarde, su mirada se dirigió a nuestras manos unidas y me di cuenta que estaba sospechando de nuestra relación.- Veo que Ciel estaba contigo.

-Si, nos quedamos conversando.- Respondí firmemente tratando de ocultar mi nerviosismo.

-Así que fue eso, pensé que te había afectado beber ayer.- Me dijo mi padre, a decir verdad me dolía la cabeza y me sentía débil pero no le tomaba importancia.

-Lamento eso, padre.- Respondí.- No volveré a beber de esa forma.

-Fue divertido verte menos tímido, incluso bailaste conmigo.- Intervino Alois mientras tomábamos asiento, lo mire con el ceño fruncido y un puchero de disgusto.

-No lo hubiese hecho en mis cinco sentidos.- Dije cruzado de brazos atento a la reacción de mi padre que parecía divertido al igual que Madame.

-Yo sí pero tú eres el que se pone incomodo porque nos miren.- Respondió, ahora era el quien parecía disgustado.

- Ah, basta, Alois Trancy.- Se me escapo decirle pues en ese instante solo pensaba que en vez de ocultar nuestra relación, Alois la estaba confirmando a ojos de mi padre, Madame me miro inmediatamente y dejo sobre la mesa la taza de té que tenía en la mano.

-¿Trancy?- Pregunto mi padre sorprendido, mi rostro palideció pues recién me di cuenta que había dicho su apellido que era un secreto.- ¿Así es como te apellidas, Alois?

Alois observo a Madame nervioso, luego a mí y finalmente a mi padre antes de responder con voz dudosa.

-Si, Trancy.

-Pensé que el apellido había quedado extinto luego de que murieran los dueños de esta casa hace muchos años.

No sabía que decir, al parecer Alois tampoco pues me tomo de la mano por debajo de la mesa y la apretó suavemente. Por fortuna Meyrin apareció e intervino hablándole a mi padre, le agradecí mentalmente por interrumpir ese momento tan incómodo.

-Amo, ha llegado Lord Diedrich.- Le aviso Meyrin a mi padre.- Está en la sala y quiere verlo.

-Maravilloso, no pensé que vendría.- Dijo mi padre emocionado poniéndose de pie para ir con Meyrin a recibir a su amigo.

-Ciel, ten más cuidado con lo que dices.- Me regaño Madame quien se veía más preocupada por ello que yo, ¿Acaso ella conocía los secretos de Alois?.

-¿Lo sabías, tía Ann, su apellido?- Pregunte, ella asintió y mire sorprendido a Alois, me parecía extraño que le hubiese revelado tal secreto a ella antes que a mí.

¿Madame también tendría secretos que esconder? Recuerdos de la noche anterior volvían a mi mente donde la tía Ann interrogaba a Alois sobre si ya me había contado algo.

Iba a preguntar al respecto pero no lo hice porque mi padre regreso al comedor acompañado de Diedrich, me puse de pie para saludarlo pero Alois tomo mi mano con más fuerza sin querer dejarme ir y pensé que lo hacía por simple capricho así que me solté de su agarre mirándolo mal.

-Es una pena que no llegaras a tiempo para mi boda.- Le decía mi padre a Diedrich.

-Tuve que recorrer casi toda Alemania, al menos llegue hoy.- Respondió Diedrich y mi padre soltó una risa.

-Bienvenido.- Dije alegremente, Diedrich me sonrió pero en seguida su vista se desvió hacia Alois que estaba sentado cubriéndose el rostro como si le doliera la cabeza.

El invitado | Ciel x AloisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora