Capítulo 11: Seducción

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-Buenas noches.- Me despedí de Alois esa noche.

-Buenas noches, querido Ciel.- Respondió con una sonrisa maliciosa para luego jalarme hacia él y darme un sorpresivo beso apasionado.

Sus labios rozaban los míos deliciosamente, solo nos separábamos un segundo para tomar aire y después continuábamos besándonos con intensidad hasta que Alois se separó de repente.

-Adiós.- Me susurro sobre los labios y en seguida se apartó de mí, dejándome con ganas de más, para recostarse en su cama y cubrirse con las mantas como si fuese a dormir.

Chasque la lengua con molestia, recordando el detalle de que una sirvienta se quedaría vigilando la habitación de Alois y no podía quedarme o seríamos descubiertos. Me fui a mi habitación bastante frustrado, Alois me había tentado al besarme de aquella manera tan apasionada y ahora quería más, deseaba más.

Cerré la puerta de mi habitación con llave y me recosté aun pensando en Alois y en la forma en que nos habíamos besado. Intente dormir pero no dejaba de recordar aquellas noches que pasaba junto a él.

El recuerdo de su cuerpo desnudo estaba haciendo que subiera la temperatura de mi cuerpo y maldije al darme cuenta de que tenía una erección que necesitaba ser atendida, resignado, deslicé mis manos bajo mi ropa y comencé a estimular mi miembro deseando que fuera Alois quien me tocara.

Me imagine sobre él, embistiendolo y haciéndolo gemir mi nombre, quería saber que se sentía tener el control.

-Ciel.- El sonido de su voz me hizo abrir los ojos sorprendido y detener mi acción.

-¡A-Alois! ¿Como entraste? - Le pregunté, estaba parado en la habitación con una sonrisa traviesa vistiendo una hermosa bata roja estilo kimono.- ¿Como es que saliste de tu habitación? Si alguien te ve así...

-Fácil, salí por la ventana y entre por el balcón, nadie se dio cuenta.- Dijo, su mirada llena de deseo recorrió mi cuerpo hasta mi erección y se relamió los labios. Se acercó lentamente a mi cama y se recargo en el dosel, restregando sensualmente su pierna contra este.- Al parecer llegue justo a tiempo para jugar.

-Entonces juguemos.- Dije levantándome hacia él, abrace su cintura y deslice su kimono para besar su cuello y bajar hacia su hombro, lo jale hacia mí y en pocos segundos ya estaba sobre su cuerpo sosteniendo sus muñecas mientras devoraba sus labios.

Me quito rápidamente la camisa que llevaba, yo abrí su kimono y lo lance lejos mientras me encargaba de besar la suave piel de su pecho descendiendo por su abdomen.

-Ciel ¡Ah!- Gimió cuando mi lengua lamió su entrada.- Solo hazlo.

Se aparto de mi para colocarse en cuatro dejando una hermosa vista ante mis ojos, sin poder resistir más, introduje mi miembro en su interior con cuidado y Alois se estremeció ante la sensación.

Era la primera vez que yo era el que tomaba el control y se sentía diferente, me gustaba como su interior me apretaba. No podía esperar, lo tome de las caderas y comencé a moverme, Alois gimió con fuerza aferrándose a las sabanas.

-¿Estas bien? ¿Duele?- Le pregunte preocupado de lastimarlo.

-N-no, Ciel, sigue.- Demando con dificultad, obedecí y continué moviéndome con fuerza.-¡Mas! ¡Mas!

Aumente la velocidad, Alois se arqueaba y gemía de placer moviendo las caderas contra mí, nuestros cuerpos encajaban perfectamente y me deleitaba de ver a Alois tan sumiso ante mí, suplicando por más.

-Soy tuyo, Ciel.- Susurro extasiado, salí de su interior y lo hice girar para poder vernos a los ojos.

Volví a penetrarlo con fuerza y acelere más el movimiento dándome cuenta de que ambos estábamos por terminar, Alois se abrazó a mi cuello, su expresión me pareció lo más hermoso que había visto y en su mirada podía ver que me amaba.

-Jamás me dejes.- Le ordene para luego darle un beso demandante, mis manos se encargaron de masturbar su miembro mientras nos besábamos apasionadamente, ambos alcanzamos juntos el orgasmo gimiendo extasiados el nombre del otro.

-Te amo, Ciel Phantomhive.- Dijo tomando mi rostro con dulzura, mi corazón latió más velozmente.- Hare que estés conmigo para siempre.

-Estoy seguro de que así será.- Respondí intentando recuperar la respiración.- Porque yo también te amo, Alois.

El rostro de Alois se ilumino de verdadera felicidad, pues su amor era correspondido. Me había enamorado perdidamente de él y estaría dispuesto a cualquier cosa por estar a su lado, aunque en ese momento no sabía a qué tendría que enfrentarme por su amor.

Su amor me llevaría a la mayor felicidad. Pero también me llevaría a la perdición. 


N/a: Lo prometido es deuda, tarde pero he aqui el capitulo con lemmon he he. Espero poder seguir actualizando la próxima semana, muchas gracias por leer y seguir esta historia uwu

El invitado | Ciel x AloisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora