El invitado | Ciel x Alois

Capítulo 20: Sacrificio

Narración de Alois

Cuando Luka ''desapareció'' fue como si una parte de mí también lo hubiera hecho y no hacía más que llorar al no encontrarlo. Sorprendentemente Claude me consolaba actuando de forma dulce conmigo, tan dulce que volví a caer en su trampa, permitiéndole estar conmigo creyendo que todavía me amaba cuando todo el tiempo había sido el responsable de la desaparición de Luka.

Claude lo había apartado de mi lado para que yo volviera a sus brazos. Y lo peor de todo es que lo consiguió hasta que me di cuenta de la verdad.

Algo estaba roto entre nosotros pero él se encargó de hacerlo pedazos cada vez más hasta destruirlo por completo. No nos dejaba ir, nos convirtió en sus prisioneros.

''Te ayudare a escapar pero sabes que no importa a donde vayas, él va a encontrarte y dejara una masacre'' fue lo que me advirtió Hannah la vez en que me fui, ojala la hubiese escuchado y tal vez Luka seguiría con vida. Pase un tiempo huyendo junto a Luka y su familia hasta que Claude nos encontró, desde entonces tuve claro que no podía escapar pues el me encontraría tarde o temprano y asesinaría a todo el que me hubiese ayudado a huir.

A todos excepto a Hannah, claro está, solo porque es una de nosotros . Cuando me enojaba con ella, la culpaba de que fuéramos vampiros: ''Si no hubieras caído en la trampa de aquel hombre, no estaríamos en esta situación'' solía decirle. Pero en el fondo la entiendo y no puedo culparla de verdad, yo también hubiera caído en cualquier trampa por amor, porque amor era todo lo que quería.

No odio ser vampiro. Si no fuera vampiro no hubiera conocido a Luka y mucho menos a Ciel... No puedo permitir que a Ciel le suceda lo mismo que a Luka.

Desde que vi a Luka morir, pensé en la muerte como una verdadera tragedia y tome una decisión: No dejaría que nadie más muriera a manos de Claude, así como no toleraría que nos forzara a estar a su lado. Si no podía huir, me quedaría a pelear. Decidí convertir en vampiro a cada persona de la que Claude nos hiciera alimentarnos para así impedir sus muertes (Claude siempre llegaba al punto en que bebía hasta matar).

Con la ayuda de Hannah convertí a varias personas, el problema fue que no podían venir con nosotros porque éramos prisioneros de Claude y prácticamente tuvimos que dejarles a su suerte. El primer hombre que convertí fue el más problemático pues al no poder contener su hambre hizo una gran masacre en el pueblo donde vivía y causo que todos huyeran, dejando el pueblo vacío.

Las leyendas sobre ese pueblo, que es el más cercano a mi antigua mansión donde ahora vive Ciel con su familia, se divulgaron de modo que todos creen que habitan fantasmas y nadie quiere vivir ahí. Bueno, lo que en realidad habita en ese pueblo no son fantasmas si no que son al menos una docena de vampiros entre los que se encuentran aquel hombre, Sullivan y Rachel.

Hannah y yo solos no podíamos ganarles a Claude y los trillizos. Pero ahora, nosotros con ayuda de aquellos vampiros, sin duda ganaremos el enfrentamiento y solo falta tenderles la trampa correcta.

Fue una sorpresa que Claude me enviara a infiltrarme de nuevo como invitado en mi propia antigua mansión, creo que está obsesionado con esta casa pues lo hizo por más que le rogué que no. También fue una sorpresa que los dueños sean los mismos de hace 12 años, aquel niño alegre que conocí a sus 4 años en lo que creyó que era un sueño ahora se ha convertido en un atractivo joven de 16 años.

No sabía que la mujer, a quien Claude asesino y yo convertí, aun viene aquí para ver a su hermana Madame Red. Por supuesto que Rachel me reconoció al instante pero no estaba molesta porque la convertí aunque de todas formas me pidió que me aleje de su hijo Ciel.

Les explique todo a ambas, les asegure que estoy enamorado de Ciel y jure que no le haría daño... Pero estoy a punto de romper esa promesa... Eso es lo que pienso mientras atravieso los pasadizos bajo la mansión en busca de la salida que va a dar a la habitación de Ciel.