SIN HOGAR

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De pronto, en un breve momento de silencio, Crowley tomó dulcemente la mano de Aziraphael para que no se alarmara por lo lo sucedía con sus milagros

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De pronto, en un breve momento de silencio, Crowley tomó dulcemente la mano de Aziraphael para que no se alarmara por lo lo sucedía con sus milagros

-bueno, por lo menos tenemos chocolate, deja te sirvo más cariño

-gracias Crowley, eres verdaderamente un amor

Cuando ambos voltearon en dirección hacia la estufa, vieron una silueta morada y alta que estaba de espaldas hacia ellos, parecía que se estaba sirviendo un poco de la bebida en una de las tazas ladas favoritas del ángel

-¿Y bien? ¿Y yo no soy un amor Principado de la Puerta del Este?

-¿Tú? ¿Qué haces aquí asesino? Ten un poco de vergüenza por lo menos en esta casa

-¿Acaso su casa no es mi casa? Que tristeza, pero bueno, vine más que por una taza de su terrestre leche preparada, vine por ustedes ¿Creían que se escaparían de la furia de Dios?

-la furia de Dios o ¿De los arcángeles?

Mencionó el demonio disgustado apretando fuertemente la mano de Aziraphael en señal de protección

Gabriel frunciendo el seño fingiendo confusión, viendo hacia cualquier otro lado

-¿Nosotros? ¿furiosos? Noo pero si para nada amigos, es solo que...

Crowley levantándose furioso de la mesa -¡Jamás nos digas así! ¡No eres nuestro amigo y jamás permitiré que profanes el significado de algo tan valioso como lo es la amistad, o el amor, o cualquier otro valor que evidentemente tú no conoces, "ángel"

Aziraphael no tenía nada por decir, era demasiado su temor hacia lo que Gabriel pudiera hacer  que preferiría mantener el perfil bajo

Gabriel innaló aire moviendo su nariz -sí bueno, como sea, vengo para decirles que el cielo y el infierno decidieron, les retiramos sus pertenencias terrenales, todas las que obtuvieron gracias a milagros, por ejemplo... (chaqueó sus dedos para inmediatamente desaparecer el carísimo reloj suizo de Crowley) -tú reloj, mmm esta alfombra persa, este libro, este otro ¿y qué te pare estos otros?

La cara de Aziraphael solamente mostraba resignación, sabía que esto tarde o temprano sucedería, mientras que Crowley únicamente observaba molesto como las cosas que ambos amaban desaparecían frente a ellos.

-sí bueno, esto es muy divertido hasta cierto punto, oh Crowley ¿me podrías prestar las llaves de tu departamento?

-No, no ¡NOO! ¡MI CASAA GABRIEL!  noo

Gritó el demonio mientras sacaba su juego de llaves donde solo veía la llave de su Bentley pero no las de su hogar

-Gabriel, creo que esto es demasiado

-¿Demasiado? ¿y que hay con la detención del Armagedon? ¿No se les hizo demasiado detener a miles de ángeles y demonios listos para la guerra? ¿Burlarse de sus superiores? ¡Suficiente! ambos, despidanse de sus casas y de todo que hayan conseguido a base de milagros, arreglencelas como puedan

-pero Gabriel nosotros...

-Adiós

Dicho esto, Gabriel desapareció instantáneamente sin dejar rasto. Crowley y el ángel se quedaron anonadados por el acotecimiento cuando las cosas empezaron a desaparecer una por una. Optaron por salir en seguida de la casa

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