EL CUMPLEAÑOS DE IDRIS

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-aaaán-geeeeeel

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-aaaán-geeeeeel

-...

-aaaaaaaaán-geeeeeeeel

-¿¡QUÉ!? ¿¡QUÉ SUCEDE!? ¿¡PASA ALGO CON EL BEBÉ!?

-no, nada mi amor, está dormidito. Awww míralo Aziraphale, nuestro hijito es increíblemente hermoso, es igua de ángel que su papi. Chi mi amol, erech igual de guapo que papi, chi bebé, tú erech guapo papi...

-.... es tan hermoso que ni si quiera pareciera que es nuestro ¿no crees querida?

-mmm... pero su sonrisita, es idéntica a la tuya ángel

-jajaja, ay querida, ¿acaso me estás diciendo que tengo bonita sonrisa?

-te estoy diciendo que tienes sonrisa de bebé ángel, o... ¿Idris tiene sonrisa de ángel?

-me encantan tus preguntas mi amor😍

Crowley estaba recostada en la cómoda cama matrimonial de la feliz pareja, de frente a su recién nacido que estaba plácidamente dormido sujetando con su diminuta manita, la cálida mano de su ya regordita madre pelirroja

Aziraphale aún no aceptaba la idea de que por fin su pequeño bebito había nacido y estaba en el regazo de su esposa, la mujer demonio que más ha amado en su vida

El ángel intentaba no mover mucho la cama para no despertar a su recién nacido, así que decidió quedarse de pie a un costado de su esposa, caminando de un lado a otro debido a su nerviosismo de padre biológico primerizo

Crowley parecía estar demasiado tranquila como para haber estado en trabajo de parto durante dos horas, después de nueve hermosos y largos meses de gestación del dulce Idris en su vientre

El pequeño Idris comenzó a llorar. Su llanto era ronco y muy fuerte que hizo brincar a su padre del susto -¿¡QUÉ TIENE!? ¿¡QUÉ TIENE IDRIS CROWLEY!? -Preguntó Aziraphale aterrorizado por no saber el motivo del llanto de su bebito

-tranquilo ángel, los bebés tienden a comer -contestó Crowley sarcástica, pues el temor de su esposo le inundaba de ternura, Aziraphale se preocupaba por el bienestar del hijo de ambos y era algo sencillamente encantador para ella

Crowley se sentó en dónde estaba recostada y tomó a Idris en sus suaves brazos. Lo cargó y trató de hacer una especie de siseo para tranquilizarlo y decirle que mami estaba ahí para él. Parecía que el siseo de su madre lo tranquilizó mucho que detuvo un poco su llanto, pues el sonido del siseo le recordaba el peculiar sonido del recorrer de la sangre de mami cuando estaba en su barriguita

Crowley lo cargó con ambos brazos y como pudo, se levantó su blusita para amamantarlo

A pesar de que Idris no tenía dientecitos, el bebé comía de su madre desesperado y presionaba su boquita en su pezón, pues era el primer día que probaba la leche de su madre y al parecer le había encantado, o bueno, quizá le encantaba comer, no por nada había nacido cachetoncito y regordito como su padre, no cabía duda de que su mami Crowley lo alimentaba muy bien en su pancita

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