Kristell había salido a jugar un poco al jardín de su casa junto con Firulais y Chencha. Era una tarde muy agradable pues estaba por terminar el invierno en el Este de Europa. Sus padres estaban trabajando en el comedor de su casa haciendo planeaciones y rectificando los registros de los libros de la escuela mientras veían a su hija por la ventana jugar lanzándoles los juguetes a sus mascotas
Crowley procuraba cerrar el portón de su hogar con cinco tipos de seguros para que su hija no saliera a la calle, pero Firulais había cavado un extraño hoyo por debajo del barandal
Si algo tenían en común el perrito de la niña y su papá Aziraphale, era que ninguno de los dos podía ver un gato, y esa tarde no fue la excepción
El gato amarillo de los Williams se había salido de su casa y pasó justo enfrente de la casa de los Sheen para provocar a su mascota. Firulais comenzó a ladrar desesperado y se lanzaba en contra el portón para perseguir a su enemigo peludo pero el minino solo se sentó en la calle y se puso a lamer sus patitas para tentarlo
Intentó escapar por el agujero que había hecho, pero el becerro de su niña estaba echado en él. Desesperado, le mordió una oreja al bovino amigo para que se moviera de su compuerta secreta. Se agachó y arrastrándose se salió de la casa
Kristell se molestó porque si sus padres lo veían afuera, la iban a regañar a ella y de paso, iban a regalar a su cachorro
La niña ensució su vestidito amarillo para salir por mismo hoyo de su mascota y se fue a la calle a perseguirlo
Tanto a Crowley como Aziraphale le tenían prohibido salir de casa por lo que la pequeña no conocía cómo funcionaba el mundo detrás de ese portón café de su hogar. Salió corriendo tan rápido como pudo persiguiendo a su mascota pero un auto deportivo color rojo conducía a alta velocidad en la misma calle en la que Kristell se había atravesado
Inocentemente volteó a ver de dónde venía el sonido del motor como el auto de su padre, pero el deportivo ya estaba muy cerca de ella sin ninguna intención de frenar o bajar de velocidad
Su vecinito Abraham la estaba viendo y al darse cuenta del inminente accidente que su vecina provocaría o peor aún, algo peor que le pudiera pasar a ella, salió corriendo y la empujó lejos del camino
Firulais corrió a ver a su niña y lamió su carita asustada -¡GUAU! ¡GUAU! -ladraba el animal tratando de pedirle una disculpa a su niña pero al parecer, la pelirroja no entendía su lenguaje perruno
Abraham le acomodó sus gafas y acomodó sus chinos detrás de su oreja. La miró fijamente a los ojos y ella le regaló una enorme sonrisa seguida de un llanto inexplicable
-¿por qué llodas Kristell? -decía el inocente niño pues no entendía por qué su vecina había comenzado a llorar de pronto, si ya estaba a salvo
-mis papaaás -dijo señalando hacia la espalda del moreno
Crowley y Aziraphale se dieron cuenta del incidente y salieron de su casa furiosos por la estupidez que había hecho la niña. Kristell sabía que le esperaba una fuerte regañada por parte de papá Aziraphale y un duro castigo por parte de su papá Crowley. Ella sólo quería salir un poco y conocer el mundo dejos de su prisión de chocolate
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El Plan Inefable 🍎🌿
FanfictionLa vida de los humanos es tan fugaz, confusa, egoísta, pero también hermosa, así es como Crowley y Aziraphael tendrán que aprender a vivir durante 11 años mientras cuidan de ¿su hija humana? Dependiendo de cómo sea educada, ella se convertirá en un...