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-          ¡Mierda, mierda, mierda! –le atizó una patada a una papelera, tan fuertemente que se hizo daño y comenzó a cojear. –¡Ah! ¡Joder! ¡Mierda!

 Justin había tenido algunas dificultades esa noche. Tenía que haber vuelto a casa hacía ya un cuarto de hora, es decir, antes de que comenzaran a sonar los despertadores.

 Pero no, ese día, cuando Justin apareció casi por arte de magia en la acera de la calle donde vivían, se encontró con todas las persianas subidas.

 Tenía que pensar rápido, o su secreto no pasaría de hoy, y no podía permitir que aquello ocurriese.

 Sacó el móvil y le marcó a Chris.

-          ¿Sí? –contestó él.

-          Christian.

-          ¡Justin! –gritó en un susurro, cerrando la puerta de golpe. Se le escuchaba con eco, así que debía de haberse encerrado en el baño. –¿Qué coño haces? ¿Dónde estás? ¡ _______(tn) acaba de despertarse!

-          Estoy abajo, Chris, necesito tu ayuda.

-          ¿Qué ha…?

-          Es urgente. –le interrumpió.

 Christian tardó unos segundos, extremadamente tensos y cruentos para Justin, en contestar.

-          Ya voy –sentenció finalmente, y colgó.

 Justin anduvo y desanduvo un par de metros repetidamente con nerviosismo, y entonces se paró en seco. El tono personalizado de _______(tn) estaba sonando.

 Jeydon entró en la habitación de su hermana mordiendo una manzana y peinándose desinteresadamente con los dedos. Ella estaba sobre la cama, tecleando en el teléfono incesantemente.

-          ¿Estás segura de que no te dijo nada ayer?

-          Que no, que no me dijo nada. –se exasperó _______(tn), tirando el móvil contra el colchón con fuerza.

 Ninguno de sus compañeros se despidió, mas la puerta de la calle se cerró de golpe, así que Jeydon se acercó a la ventana para ver quién se había marchado.

 Pero lo que vio no le gustó. Cinco pisos más abajo, Justin estaba dando vueltas de un lado para otro de la calle, frente al portal, visiblemente intranquilo. Se volvió hacia su hermana, que había recogido el aparato y se lo había colocado en la oreja.

-          ¿Le estás llamando?

-          Sí –asintió con la cabeza a la vez que contestaba.

 Jeydon buscó a Justin otra vez al tiempo que hacía girar su piercing. Justin miraba con angustia su teléfono. Entonces, Chris se apareció en la escena corriendo y se acercó a él. Jeydon no pudo escucharle, pero le vio gesticular mucho. El otro alzó una mano para hacerle esperar y descolgó.

-          ¿Justin? –saltó la chica automáticamente, y esperó su respuesta, sin saber si sentirse aliviada o asustada.

-          Hola, gor. –contestó él, tranquilo.

-          ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Ha pasado algo? –_______(tn) le acribilló a preguntas y él rió ligeramente.

-          No, no, tranquila, cari, siento haberte asustado. –se disculpó. –Es que anoche no podía dejar de darle vueltas a lo de Jazzy; voy de camino al pueblo.

 _______(tn) se mordió distraídamente las uñas, pensando en la pequeña y en lo adorable que era Justin respecto a ella. Miró a Jeydon, que observaba algo fijamente por la ventana, y no pudo evitar sonreír al acordarse de cuando eran más pequeños. Tenía un montón de recuerdos perfectos con él en la piscina, en el parque, en casa… qué pena que Jazzy no pudiera compartir eso con Justin.

-          Dale un beso de mi parte.

-          Claro. –se quedó callado para que ella no escuchara lo que sin duda sería un aullido de dolor debido a la presión que Chris había ejercido al palmearle el hombro, pero Jeydon si que vio su expresión.

-          ¿Justin? ¿Sigues ahí? –preguntó _______(tn), imaginando que se había cortado la línea.

-          Sí, sí –contestó él, más calmado. –Es que estoy conduciendo, gor. Cuando llegue te llamo, ¿vale?

-          Vale, no te preocupes por nada, disfruta.

-          Te quiero, gor.

-          Y yo a ti, Biebs.

 Jeydon esperó hasta que _______(tn) se hubo levantado de la cama para preguntarle.

-          ¿Qué pasa, entonces?

 Ella se pasó una mano por el pelo, echándose el flequillo hacia atrás, mientras tomaba aire, haciendo tiempo para ver qué se inventaba, porque Jey no sabía de la existencia de Jazzy.

-          Pues… que está viendo a unos amigos que viven en Maryland.

-          Eso es mentira… -dijo su hermano, que seguía mirando por la ventana con cara de pocos amigos.

 _______(tn) se quedó sin palabras. Claro que era mentira, pero los dos no se referían a lo mismo.

-          Jey, yo… -él ni siquiera la miró, seguía con la vista clavada abajo, en la calle. –Justin está haciendo algo personal que no te puedo contar, espero que lo entiendas.

 Y sin más, salió de la habitación. No le gustaba ocultarle cosas a Jeydon, incluso aunque no fueran suyas, si no de otra persona, y le daba incluso vergüenza tener que hacerlo.

 Pero a Jeydon no le importó, estaba demasiado concentrado observando a Chris y Justin, que hablaban con el rostro crispado, casi en susurros a pesar de que estaban solos.

-          ¿Se lo ha creído?

-          Eso parece –susurró Justin, suspirando.

-          ¿Qué necesitas? –preguntó Chris, aunque ambos sabían que lo que quería decir era que no le parecía bien todo esto, y que le acabaría haciendo daño a _______(tn).

-          Que me lleves al hospital.

-          En marcha, entonces –contestó su amigo, sin dudarlo un segundo.

 Antes de echar a andar calle arriba hacia el coche de Chris, Justin volvió a echar una mirada arriba, a su ventana. Él no vio nada debido al reflejo del sol en el cristal, pero Jeydon seguía allí, observándolos con los ojos entrecerrados y los puños apretados.

juguemos a ser uno(justin y tu) 1313Donde viven las historias. Descúbrelo ahora