Capítulo 9.

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Isabel

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Isabel

Si te hice daño no fue sin quererte si no sin querer. Dime solo que prefieres, si tienes la opción de tener o temer.

Tu solo piensas en como se acaba, Yo solo pienso en como acabare. Un dia me dices "me faltan las ganas", otro lo pienso y nunca te gané.

Yo que hice todo porque te quedaras, ahora no pienso con qué me quedé. Tiempo perdido, quizá lo he ganado, de echarte de menos a decirte que:

Tome aire y cante.

Lo siento, por hacerte perder el tiempo, por pensar que hacer otro intento, por tenerte, lucharte y sentirte te haría feliz. Reviento, porque a veces ni yo me entiendo, Como voy a entender lo nuestro, si nunca te entendí a ti.

Empece a mover mi cabeza haciendo que mi cabello vaya de un lugar a otro. Tomo la escoba usándola como micrófono, acerco el pelo a mis labios y canto

—Yo se que en importarme el pasado que antes matabas solo es crecer, que nunca hemos sido dos ya que contando el miedo éramos tres.

Dejé de cantar para seguir barriendo mi cuarto, la cancion seguia, y yo solo movia mi cabeza. Recogía la basura mientras movía mi cadera de un lugar al otro. Deje la escoba aparte y alce mis manos hacia arriba, me sentía mareada pero no dejaba de mover mi cabeza de un lado al otro al compás de la música. Llego el coro y me prepare para cantarlo.

Lo siento, por hacerte perder el tiempo, por pensar que hacer otro intento, por tenerte, lucharte y sentirte te haría feliz. Reviento, porque a veces ni yo me entiendo, Como voy a entender lo nuestro, si nunca te entendí a ti.

Dejé aparte mi hermoso canto cuando vi a alguien en mi puerta. Sonreí al verlo.

El coro iba a empezar nuevamente, él solo se acerca  a mí con una sonrisa, estaba demasiado cerca.

—No sabia que te gustaban las canciones corta venas.

—Y yo no sabía que a ti te gustaba invadir mi espacio personal.

—Eso es lo que más me gusta —mi vista va directamente a sus labios, los muerde ligeramente y baja sus vista a los míos. Él era un poco más alto que yo asi que no era fácil para él darme un beso, pero yo era lo suficiente buena para alcanzarlo y darle un golpe en las joyas de la familia— ¿Qué pasa si te doy un beso? —pregunta lo suficiente cerca como para temer por su siguiente movimiento.

—Te quedas sin hijos —lo miré amenazante.

—Ja, apuesto que si te beso me lo sigues y te olvidas de tu amenaza.

Muy probable.

Pero también es muy cierto que acababa el beso y lo dejaba sin descendencia.

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