¿Qué pasa cuando tú amor de la infancia viene a visitarte después de casi 10 años sin haber tenido contacto? Pues nada, a menos que ese amor sea tu primo.
Isabel ha pasado por algo muy duro que cualquiera chica puede pasar. Ser engañada. La gran di...
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🎄Especial Navidad🎄
Tyler
Nunca en mi vida he tenido dificultad para regalarle algo a mi familia, no porque sean o no complicados, sino porque los conozco demasiado bien.
A mi hermana le compro un libro que aún no tenga en su librero y es la mujer más feliz del mundo. Mamá por otra parte le puedo comprar lo que sea y estará agradecida conmigo, solo debo tener cuidado con no comprarle lo mismo que mi papá. Mi hermano es feliz con cualquier auto de colección.
A decir verdad, papá siempre fue la persona más difícil para comprarle un regalo, antes pensaba que no lo conocía bien pero a los 17 me di cuenta de que no es eso, sino que no necesita nada, lo tiene todo y eso me molestaba.
Pero ahora mi persona más complicada es Isabel. No la conozco lo suficiente y no quiero preguntarle a alguno de los chicos, sería vergonzoso.
— ¿Ya te decidiste? —mi hermana vino conmigo para las compras de navidad. Al fin y al cabo ella sabe lo que le voy a dar de navidad entonces para qué se lo voy a esconder, mejor es pedirle que me acompañe y me diga de una vez qué libros quiere.
Suspiro mirando la variedad de collares, pulseras y anillos frente a mí.
— ¿Si le regalo un anillo pensará que le estoy pidiendo matrimonio? —ella se encoge en hombros—. O quizá deba comprarle una gargantilla, esta se ve muy bonita, ¿Verdad? —asiente pero no le da mucha importancia—. ¿Para qué te traigo si no me vas a ayudar?
Resopla dejando de comer su helado, se gira hacia mí completamente y me da la atención necesaria para que no me abrume.
—Tyler, tú eres su novio y deberías conocerla —mira la vitrina de vidrio frente a nosotros y señala con su dedo una gargantilla fina con una pequeña flor en el centro, apenas notable—. Si me preguntas a mí te diría que lleves esa, pero no es para mí y no sé si ella le guste.
Tiene razón.
Me doy por vencido y decido llamar a Nathan, es el único que no me juzgará por no saber los gustos de mi novia. Al segundo sonido me contesta, su voz se nota un poco pesada y angustiosa.
—Hey, ¿te pasa algo? —es lo primero que pregunto y tiendo a arrepentirme cuando suspira.
—Nada en absoluto, dime para qué me llamás, jamás lo haces.
—¿Me podrías ayudar y decirme algo que le pueda regalar a Isabel? —pregunto con un poco de recelo ganándome una risa bastante sonora de su parte.
—No puedo creer que para esto me llames —despues de una breve pausa vuelve a hablar—. Podrías regalarle un anillo. Jamás ha tenido uno.
— ¿No le gustan?
—No es por eso, es porque siempre ha pensado de qué los anillos son algo muy pesado para regalar y llevar, por lo que jamás se compró uno. Pero al fin y al cabo tú eres su novio, supongo que podrían regalarse uno de esos anillos de pareja.
