Capitulo 20.

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Isabel

— ¿Te cogiste a Tyler? —grita Francisco.

—Callate estúpido —miro a todos los lados viendo si hay alguien cerca que pueda delatarme—. Nathan te llega a escuchar y me mata.

— ¿Cómo es eso posible en sólo un rato? —se deja caer en el pasto—. Te dejé en tu cuarto antes de las 10 —vuelve a mirarme —. Pecadora, Impía.

—Exagerado —me acuesto a su lado—. Además no hice nada malo.

— ¿No? —pregunta exageradamente.

—Francisco no te me hagas el santo que no lo eres —él frunce el ceño—, mejor ven ayúdame a limpiar el establo.

—Es lo único que odio de mi trabajo.

(....)

— ¿Qué hiciste ayer cuando me fui? —pregunta Tyler cerrado la puerta de mi habitación.

Mierda, qué tentador.

—Nada, me fui a dormir.—cojo una canasta con mi ropa. Suspiro, tengo que doblarla.

—Yo estuve pensando en ti.—me abraza por la cintura—. Estuve pensando en las reacciones que tuve por ti —susurra mordiendo mi cuello—. Estuve bajando muchas reacciones por ti —muerde mi oído suavemente.

Sus manos comienzas a jugar con el dobladillo de mi blusa, su boca muerda el lóbulo de mi oido. Jadeo.

¿Acaso insinuó que trabajó mucho con su mano ayer?

—Mierda, me lo imaginé.

Yo me imaginé muchas cosas contigo.

Me gira hasta quedar frente a él, mete sus manos por dentro de mi blusa —Tyler —jadeo. Sus manos frías suben por mi espalda hasta llegar al broche del sujetador.

— ¿Qué pasa si lo suelto? —susurra en mi oído. Su boca baja lentamente por mi cuello dando carias por donde pasa.

Sus manos dejan el broche para ir al dobladillo de mi blusa, jadeo cuando muerde mi cuello. Él se separa un poco para mirarme, la lujuria y el deseo son notables — ¿Puedo? —asiento sin apartar mi vista. Tyler sube la blusa y la tirra en algún lado de la habitación.

—Te advierto, tengo un límite, si no me detienes ahora no podrás hacerlo después —¿Detenerlo? No quiero detenerlo. Salto sobre él y miro sus labios; son apenas carnosos y húmedos, pasó mi mano por su barbilla llevándola hasta sus labios.

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