Capitulo 7.

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Autora:

Les invito a leer mi nueva novela: Fingir Por Amor. Si te gustan los amores donde hay gemelos, confusión y mentiras, ese es tu libro.

Tyler

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Tyler

Felicidad. Eso es muy poco para todo lo que siento. Me siento alegre, creo, no se ni como me siento. Estámos en el cuarto de Isabel viendo una película.

—Se me acabaron las palomitas —dice Megan en un suspiro.

— ¿Quieres que te vaya a ver más? —me ofrezco y ella asiente con una sonrisa.

Me levanto, cojo el recipiente y bajo. Cuando estaba allí me encontré con mi tía, la cual me mira con picardía cuando me ve haciendo mas.

— ¿Para quien son, Tyler?—me pregunta con una sonrisa.

—Para Megan —respondo ganado una mirada confundida de mi tía. Ella asiente y sale de la cocina.

Subo hacia el cuarto de Isabel y le entregue el cuenco lleno de palomitas a Megan —Ten hermosa —le digo con una sonrisa, haciendo que ella se sonroje. Me siento al lado de Isabel y la abrazo.

Sé que me estoy tomando demasiada confianza, pero no me importa si a ella no le disgusta.

— ¿Quieres hacer algo hoy? —le susurro en el oído y ella niega. Sin decirnos nada se levanta de la cama y sale de la habitación.

Nathan me fulmina con la mirada —¿Qué le hiciste? — pregunta.

—Nada —respondo. No le había hecho nada, eso creo.

(....)

Muevo la comida en mi plato, se ve muy buena pero no tengo ganas de levantar el tenedor a mí boca. Suspiro, estamos en el comedor con un silencio muy incomodo. Nadie dice nada, solo comen.

Quizás esté un poco acostumbrado a este silencio, es el mismo que se forma cuando voy a comer a la casa de mis padres, pero no pensé que aquí sería igual.

Levanto la vista y me encuentro con la hermosa imagen de Isabel. Con esos hermosos ojos azul cielo, ese hermoso cabello castaño oscuro que me encanta y esos labios rosados ​​tan comestibles.

— ¿Quieres dejar de ver a mi hija, Tyler? —inmediatamente dejo de verla y bajé la vista avergonzado.

Isabel se aclara la garganta y me mira con una ceja alzada. Para salvar mi pellejo dije —Es que esta... Eh... manchada la... ¿boca? Sí, está manchada la boca —sonreí triunfante ante mi mentira.

— ¿De verdad? —pasa una servilleta por sus labios dejándolos más rojitos.

Nathan y Susan empezaron a reírse sin control, en cambio Megan solo me dio una pequeña sonrisa.

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