Escrito Con Magia {Harry Potter Y Tu}

ÉL LO SABE.

Casi sentía mis uñas expandirse como garras. Mis colmillos salirse de sus comisuras. Aventarme encima y dar el primer zarpazo. Defendiendo a mi presa. No había posibilidad alguna. Hemos sido muy cuidadosos. Harry no ha salido de la casa en ningún momento. No que yo sepa, al menos.

Así que, o bien Malfoy está jugándome una broma o simplemente he escuchado mal.

—¿Qué? —giré la cabeza un poco, pareciendo confundida.

Él rio irónico. Falso.

El humo de su cigarro cubrió la habitación de una neblina grisácea y con ello mi mente se despejó.

No hubo necesidad de preguntar, ya sabía dónde y cuándo había sido.

Fue él, quien me seguía aquella noche de vuelta a casa.

Y fue por mí que sabe del paradero de Harry.

Entonces. ¿ahora qué?

¿debo sucumbir a su disposición?

—siéntate— toda la amabilidad se había ido.

Draco Malfoy pudo haber sido nombrado el príncipe de slytherin o el príncipe serpiente, pero aquí, parece una araña que ha tejido su red tan cuidadosamente que su presa no lo vio. Y solo esperó a que callera por su cuenta.

Porque estaba segura que esto no terminaría aquí nada más.

No dije nada. Ya teníamos levantadas las guardias. Solo debo escuchar por el momento.

—¿entonces...? —dijo él.

—¿entonces? —contesté.

—seguro se encuentra bien. Supongo que lo has sabido... acoger. —acabó un cigarro y comenzó otro. —de otra forma porque se quedaría tanto tiempo escondido. No es digno de él. A él siempre le ha gustado la atención y ser el centro de todo.

Me preguntó qué tan rápido le puedo sacar los ojos. Nunca me había aferrado tanto a mi varita. Nunca había memorizado tan fuerte un conjuro.

>>"crució"<< gritaba mi mente.

—él está bien— mis dientes casi crujían.

—¿solo bien? —sus ojos juzgaban sonrientes. Disfrutaba esto y era obvio. —¿estas segura?

—yo sí sé cuidar a una persona que depende de mí— Juraría que había muerto. Solo se quedó ahí. Estático.

Sabía que seguía consiente por el tic inconfundible en el ojo izquierdo.

Tomé eso como un tropiezo en su intento de amenaza o lo que sea que él está haciendo.

—ahora, si me permites. Me gustaría que no te metieras en mi vida. Porque veo que bastante ya tienes lidiando con lo que te queda de la tuya— me dispuse a levantarme, pero él hiso lo mismo y se dirigió rápidamente hacia mí.

Me tomó por los hombros y me acorraló en un rincón.

Le temblaban los labios.

—¿Qué pasaría —escupió él—si voy a los medios y le digo a todo el mundo que su héroe de guerra se encuentra contigo? —no esperó a que contestara. De todos modos, me había quedado sin habla. —si subo ahora mismo y le digo a Hermione que tiene en su propia casa a la persona que retiene a su amigo y que le está provocando tanto dolor. ¿retarías a una maga tan excepcional como ella?

Su rabia subía hasta sus ojos y clavaba sus uñan en mí.

Pero no me detuvo.

—queras decir; lo que has dejado de ella. — su mano azotó tan rápido mi cara que no pude reaccionar en tomar mi varita. Mi mejilla ardía.