LA TORMENTA ANTES DE LA TORMENTA.

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Rayita.

Volvimos a la mesa de las bebidas con calma. Di unos grandes tragos a mi copa antes de que una idea rodara en mi cabeza.

—¿Por qué no invitas a Hermione a bailar? —dije antes de sopesar mis opciones.

—¿Hermione? —

—si. ¿Por qué no? anda, invítala...

Él dudó un poco. Desconozco que pasa por su mente ahora que la ha visto y ha hablado con ella. supongo que han quedado bien. De otra forma me hubiese pedido irnos. Sin embargo, aquí estamos, y ahí va él, tras su amiga.

Ella está del otro lado de la pista, platicando con una persona. Una mujer, no creo que sea tan mayor, ha de tener nuestra edad. Rubia y bajita. Él se acerca despacio, le dice algo cerca y ella despide a su invitada para tomar la mano de Harry y adentrarse en el gentío que está bailando otra canción lenta.

Yo me doy la vuelta para darles su privacidad de mi curiosa mirada. Malfoy se ha encargado que todo se haga a la perfección que ni siquiera ha puesto a elfos a trabajar. Todo lo que Granger quisiera de él. A Harry mismo también. Se lo ha puesto en bandeja de plata para su gusto y capricho.

El baile me ha dejado ciertamente sedienta que no me basta con una copa solamente. Cerca de donde estoy, hay algunos postrecillos. Todo se ve muy bueno. Tienen espirales de azúcar de diferentes colores y fruta picada. Tomo uno, solo por ansiedad. Ya no tengo un nudo de nervios estomacales, pero aun así me siento en alerta.




Después del primer bocadillo, siento que se me ha abierto el apetito. Por desgracia no me dejan quedarme cerca de la deliciosa mesa mucho tiempo. La presencia de alguien me hace casi respingar.

—señorita. Déjeme decirle que esta noche ha actuado como toda una valiente. Casi podría decirse que es usted una leona...—

El comentario me ha hecho gracia en verdad. Así que le contesté en el mismo tono irónico que él.

—se ha equivocado señor... —dije dándome la vuelta para encararlo— yo soy y seré siempre, una serpiente—

Extendió su mano y con ella la invitación misma para bailar. Coloqué la mía sobre la suya temiendo manchar su pulcro traje gris y nos unimos a la multitud.

—me ha dicho mi buen amigo Goldman que ha pasado un bochornoso momento con su... novio... hace rato—

La burla de su voz me irrita, pero sé que lo hace solo para fastidiar. Así que no le doy el gusto. Me causa gracia que hable conmigo sin tutearme.

—el señor Goldman ha atacado de repente a la novia de uno de los magos más importantes de nuestros tiempos, nada menos. ¿acaso usted no haría lo mismo... si fuera usted importante también? —

Presionó con su mano la mía, conteniéndose a sí mismo.

—por supuesto—respondió, casi queriéndome azotar con la mirada.

Una vuelta y me vuelve a tomar por la cintura, atrayéndome muy cerca de él. No estaba segura, pero podría decirse que podía sentir su aliento. La dilatación de sus ojos, no daban paso al gris de sus pupilas.

—entonces... ¿ya son oficiales? —

—lo somos tanto como tú con Hermione—

—shhhh¡¡¡—me cayó —no lo arruines.

Seguimos bailando ya sin mucho gusto mientras nos manteníamos las miradas.

—¿sabes si le ha dicho a Harry? —

Escrito Con Magia {Harry Potter Y Tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora