ANFITRIONA.

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Rayita.

Harry no veía a la pareja en el estrado. Él me tenía sujeta por la espalda. Acorralándome con ambas manos. Intentando hacer que lo mire a los ojos.

—eso no es lo que quería decir...— su mirada era desesperada, como suplicante. —escúchame por favor... por favor...—

Por más que quisiera, por más que me muero por resistir, su proximidad y el calor de su aliento ponían mi piel al filo de un electrizante escalofrió.

Cuando dejé de pelear contra sus brazos, continuo.

—si Hermione quiere hacer de su vida lo que está haciendo, está bien. Aunque no entiendo nada. Lo que sí sé, es que no voy a dejar escapar esto... —dijo trayéndome más hacia él, enredando sus dedos entre mis cabellos. —no voy a dejarte ir.

Lo que vino a continuación no lo esperaba ni en mis mayores deseos. Al igual que lo hizo Draco y Hermione, él también descubrió su rostro, el movimiento de su varita fue tan rápido que no me dio tiempo ni siquiera de reaccionar.

Sin embargo, no hizo lo mismo conmigo, guardó su varita y con su mano libre desató el listón de mi nuca. Tomó el pequeño plástico que se resbalaba sobre mi rostro y después de varias horas con la cara aprisionada, pude sentir un leve roce de aire sobre la piel.

El mundo se apagó para nosotros cuando acercó su rostro al mío y tomó mis labios con los suyos. La sensación en el pecho era inexplicable. Solo aquellos que se esconden y alcanzan por fin la oportunidad de decirle al mundo que están juntos entenderán mi sentir.

Ahora entiendo a Malfoy. Debe de haberla pasado como nunca mientras besaba a Granger frente a todos. Y ahora yo, yo también tengo la suerte de pasar por lo mismo. Y que ni siquiera lo pedí, eso es lo mejor. Harry ha tomado la iniciativa y la nada fácil decisión de mostrarse al fin.

Escucho murmullos alrededor, seguramente todo mundo debe estar hablando de la flamante pareja de prometidos que han dejado a todos con la boca abierta por el anuncio de su relación.

Yo quiero seguir así, pegada a los labios de Harry por el resto de la noche. ¿pero cuánto dura mi efímera suerte que me permite solo un poco más que una migaja de buenos pequeños momentos?

Nadie miraba a Malfoy ahora. El desborde de confusión en los rostros de los presentes era casi cómico. Yo miro a Harry quien tiene la mirada gacha en el suelo, me mira fugazmente y solo pronuncia una rápida frase que me confunde un poco.

—lo siento—y es todo lo que me dice antes de que un cumulo de gente se amontone a nuestro alrededor.



No tengo ni la más mínima idea de donde salieron las cámaras y los reporteros, lo siguiente que puedo notar es una melena café dirigirse hacia nosotros. Harry me toma del brazo y me aparta de ahí para guiarme a otra habitación. La que habíamos ocupado antes. Escucho pisadas detrás nuestro, y creo que han entrado aquí también.

Sorpresivamente cuando me doy vuelta solo veo un par de rostros muy bien conocidos.

—eso sí que ha sido un buen espectáculo ¿he Potter? — el tono seco de Malfoy me indica que algo anda mal.

—Draco—dice Granger en voz baja, tomando a Malfoy del brazo intentado tranquilizarlo.

—no he querido montar nada— le contesta Harry de mala gana.

—ya lo he dicho antes—continuo el rubio —el gran Harry Potter no puede entrar a ningún lugar sin causar revuelo—

Casi podía ver a Harry a punto de lanzarle un puñetazo a Malfoy si no fuera por quien se puso en medio poniendo distancia entre los dos. Los ojos de Hermione sentenciaban a Harry y le advertían que no se atreviera a acercarse más a su nuevo prometido.

Escrito Con Magia {Harry Potter Y Tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora