Instinct ✦ ≪JinSu≫

★14★

SeokJin entró al restaurante/bar donde lo habían citado. Buscó con la mirada a la persona y cuando la encontró, sentada frente a la barra, él caminó hacia ella, llegando a tomar asiento al lado suyo.

—Hola. Lamento si lleva mucho tiempo esperándome —se disculpó el cánido.

—No, para nada —dijo sin mostrarle mucha importancia.

A pesar de ello, SeokJin sabía que ella sí había estado ahí mucho tiempo antes de que él llegara, pues la mujer que recostaba su cabeza en una de sus manos sobre la barra, tenía una bebida frente a ella que en verdad no parecía ser la primera que había pedido.

Era extraño, debía admitirlo. JiHyun, la mujer que se había visto inquebrantable y le había cerrado la puerta en la cara unos días atrás, ahora se mostraba como si con el más mínimo toque se terminaría derrumbando.

—Señora Min —habló con algo de inseguridad, viendo a la felina un poco perdida, dándole vueltas a su bebida con una pequeña pajilla—. ¿Se encuentra bien?

—Sí yo... —la felina reaccionó de inmediato. Dejó la pajilla tranquila y se enderezó para después voltear a ver al cánido—. Lo siento, ¿quieres algo de beber? —señaló al bartender, como sinónimo de que lo llamaría en caso de que la respuesta fuera un sí.

—No, estoy bien —negó moviendo sus manos—. Pero... ¿Está segura de que usted está bien?

—Estoy bien. Yo... Te pedí que vinieras porque me gustaría hablar de YoonGi —guardó silencio por unos segundos. SeokJin quiso disculparse por lo que había hecho, pero no pudo decir nada ya que JiHyun volvió a hablar—. Él me contó que le dijiste que son amigos. ¿Es eso verdad?

—Así es —respondió—. Ahm, ¿por qué?... ¿Estuvo mal?

—No, para nada —le aseguró, sin embargo se detuvo a analizarlo unos segundos—. Bueno, en realidad no lo sé... YoonGi nunca ha tenido amigos antes ¿sabes? Y que precisamente seas tú el que le diga eso...

—Señora Min, no se trata de una amistad fingida, si eso es lo que cree.

—YoonGi es ingenuo. Él no sabe el daño que las personas le pueden llegar a causar.

—Lo sé. Pero al igual que ustedes, hacerle daño o verlo sufrir es lo último que quiero —el cánido se acercó más a JiHyun—. Señora Min —dijo en voz baja—. Mis superiores no saben que YoonGi es un Mezclado, ¿En serio cree que me estoy jugando mi empleo o mi libertad por alguien que no me importa?

JiHyun quedó muda. YeJin le había contado la petición que le había hecho a SeokJin, pero sinceramente, ninguna de las dos esperaba que el cánido cumpliera con ello. Era un costo muy alto y SeokJin lo hacía por alguien quien ni siquiera conocía muy bien.

—¿Por qué?

SeokJin se alejó un poco de ella, evitando el contacto visual, sus manos inconscientemente se cerraron en la tela de su pantalón.

—Creo que nadie debería morir de esa manera... —tragó saliva—. Aún así entiendo que de alguna forma sea necesario por nuestra seguridad. Sin embargo, YoonGi... Siento que YoonGi es diferente... Me gustaría explicarlo mejor, pero honestamente no tengo las palabras.

JiHyun no apartó su mirada de él. En un inicio pensó que lo hacía por alguna paga doble que YeJin y ella estarían dispuestas a darle con tal de que el cánido no dijera nada, pero ahora que veía su expresión con más detalle y la manera en la que habían salido sus palabras, aquella suposición quedó descartada.

—SeokJin —llamó tranquilamente, pero con ojos que mostraban mucha curiosidad e interés. Ella no quería ser tan directa pero en ese momento no veía otra manera de preguntárselo—. Cuando fuimos por YoonGi al lugar donde trabajas, cuando te llevé a su habitación. Noté cómo se miraban. Sus ojos brillan con anhelo cada vez que se ven fijamente, pero parece que ninguno se da cuenta... Dime algo —vaciló un poco—. ¿Te atrae mi hijo?