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Las pequeñas discusiones sobre la convivencia entre Kim y Park no se habían acabado por completo, pero habían disminuido considerablemente. Ambos daban lo mejor de sí para tratar de adaptarse a algunas costumbres o mañas del otro.

Y claro que desde muy temprano, el reptil se había dado cuenta de que JiMin tenía un vínculo muy especial con su familia, todo lo contrario de él con la suya en ese entonces.

Ese día que ambos tenían libre, JiMin y NamJoon aprovecharon para ir a visitar a la familia del roedor. El padre de JiMin se encontraba aún trabajando, por lo que fueron recibidos únicamente por la señora Park y su nieto de dos años, por parte de su hija mayor, quien también se encontraba trabajando, ella no vivía ahí pero su mamá se había convertido en la niñera de su bebé.

La señora Park los recibió a ambos con mucho amor. Para ella, NamJoon se había vuelto un hijo más. Y no hacía falta mencionar que NamJoon adoraba esa familia, le encantaba ver la forma en la que siempre se apoyaban, se notaba a metros cuán unidos eran, y agradecía mucho que todas las veces que él llegaba, le hacían sentir que él también era parte de ellos, de ese hermoso hogar.

El bebé había tomado una siesta, por lo que los adultos aprovecharon para conversar mientras la madre de JiMin les servía el almuerzo. Hablaron de todo un poco, lo que habían estado haciendo esos últimos días, la situación en su país, sus trabajos, sus hogares e incluso hablaron un poco sobre chismes de otras personas cual comadres.

Al cabo de un par de horas escucharon al bebé llorar desde su habitación, la señora Park estaba por levantarse hasta que JiMin le dijo que él se encargaría. Muy dispuesto y contento, el roedor se fue hacia la habitación que el bebé tenía ahí, que debía destacar era la antigua habitación de JiMin.

NamJoon continuó hablando con su suegra un par de minutos más, pero cuando ella se dispuso a preparar algo de café, el joven mitad reptil aprovechó para ir en busca de su novio.

No obstante, se detuvo en el marco de la puerta cuando vio a JiMin sentado en la alfombra, de espaldas a él y con su sobrinito en medio de sus piernas, muy enfocado en los juguetes que JiMin le mostraba. El roedor estaba tan concentrado en entretener y hacer reír al bebé, que no se percató de que alguien los estaba viendo.

NamJoon se apoyó en el marco y no pudo evitar esbozar una suave sonrisa, enternecido ante lo que sucedía frente a él.

Y ese sentimiento en su pecho, ese amor que sentía hacia ese chico, se hacía cada vez mucho más grande.

Ver esa imagen de JiMin abrazando a su sobrinito de dos años, jugando con él y hablándole con dulzura... le había encantado tanto, que en ese mismo instante, sin importar qué, estuvo completamente seguro de su decisión.

Se adentró a la habitación y caminó hasta llegar al lado de su novio, poniéndose de cuclillas. Le sonrió a ese bebé cachetón que desde que nació se había vuelto el centro de atención de esa casa. Sus ojitos brillaban con una pureza, una inocencia y una dulzura tan desmedidas, que NamJoon sabía que solo hacía que el corazón de su novio se derritiera de amor.

JiMin se abrazó más a su sobrinito, volteando a ver a su pareja con un pequeño puchero.

—Quiero el nuestro, Joonie —sus palabras habían salido con algo de pesar.

NamJoon lo sabía más que nadie, podía percibir a través de su lazo el deseo vehemente de JiMin por tener su propio bebé. Aunque él, por supuesto, no se quedaba atrás.

—Lo tendremos —respondió en un tono suave, acariciando con cuidado el cabello de su novio—. Solo debemos ser pacientes.

Instinct ✦ ≪JinSu≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora