❝Un mundo moderno y sano, con individuos civilizados a pesar de ser mitad humanos y mitad animal, pero siempre dominando más el lado humano.
Todo estaba bajo control, menos para YoonGi.
Min YoonGi era un joven mitad humano y mitad felino, quien la...
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YoonGi había llegado a su casa esa noche, aunque realmente hubiese preferido no hacerlo, pues deseaba haberse quedado en casa de SeokJin ayudando a que se sintiera mejor. Sin embargo, sabía que debía respetar la decisión de su novio.
Frunció el ceño, extrañado al ver a sus madres conversando en el comedor, y ellas al verlo, parecían tener la misma expresión.
—Creí que dormirías donde SeokJin —comentó YeJin.
—Cambié de opinión —pero las expresiones de sus madres no cambiaron en ningún momento—. Parece que les sorprende que llegue a mi propia casa —bufó.
—No es eso, solo no te esperábamos esta noche.
—¿Qué hacen aquí? —caminó en su dirección—. Creí que estarían descansando.
Cuando el menor llegó donde ellas, JiHyun puso cara de desagrado a la vez que movía su mano de un lado a otro frente su rostro, intentando disipar aquel olor que llegaba a su nariz.
—Dios, YoonGi, al menos ten la decencia de ducharte.
—Acepta el hecho de que tengo sexo con mi novio, madre —respondió con cierto fastidio.
—No es para que los demás sepamos cada vez que lo hagan —le reprendió.
—No seas exagerada —YoonGi apoyó sus brazos sobre el respaldar de una de las sillas. Su mirada bajó a unos papeles que había sobre la mesa—. ¿Qué es eso?
YeJin y JiHyun intercambiaron miradas por unos segundos antes de volver a él. Ambas sabían que no había manera de posponerlo, así que tenían que decirle la verdad en ese instante.
—Siéntate —pidió la pelinaranja.
YoonGi hizo caso, haló la silla en la que se estaba apoyando para tomar asiento. Ahora estaba intrigado, pues aquello parecía ser un tema serio.
—Verás —inició JiHyun. Le dedicó una mirada fugaz a YeJin y lamió sus labios antes de proseguir—. YeJin y yo vamos a divorciarnos.
—¿Qué? —preguntó anonadado.
—Hemos quedado de acuerdo, no vamos a vender la casa. Tú y JiHyun pueden vivir aquí —habló YeJin—. Yo buscaré otro lugar.
—Pero... pero no entiendo —YoonGi frunció el ceño, tratando de comprender—. ¿Por qué?
—Tenemos nuestras razones —respondió JiHyun en voz baja.
—¿Solo eso van a decirme? ¿''Tenemos nuestras razones''? —exhaló, estando entre incrédulo y ofendido.
—Sé que tal vez no sientes el estado de nuestro lazo, pero se debe a eso —se alzó de hombros—. Esa es la razón, ya no hay química, no hay amor. Ya eres un adulto, así que supongo que podrás entenderlo.
