Misión unir al par de tontos [Gonkillu X Reader]

*1*

–¡Gon! ¿¡Podrías traer a Hikaru para que cene con nosotros?! –Aulló Alluka desde la cocina al joven moreno de ya quince años de edad. El cual disfrutaba de los placeres de la vida, cagándose de la risa junto a su amigo Killua de una película de horror que nada de horror tenía, en realidad.

–Hum ¡Bueno, Alluka! –Responde sonriente sentándose en el sofá sin muchas ganas de perderse una sola parte de la cinta; En cambio Killua aprovechó la oportunidad y se acomodó a tal punto de acaparar todo el espacio.

Gon gruñó al darse cuenta, y el albino solo se limitó a ignorarlo universalmente tragándose las palomitas restantes.

Ya verá ese hijo de su mamá.

–Debería estar en su cuarto.. –Pensó en voz alta el adolescente subiendo las escaleras de madera relucientes, llevando así a un largo pasillo que daba a siete puertas; siendo cuatro de estas de un color roble y las restantes pintadas de un muy limpio blanco. 

Caminando apresurado se dirigió a la habitación de su amiga peliverde, cuando se acercó lo suficiente notó que la puerta ya se hallaba medianamente abierta y el interior oscuro.

¿Era buena idea que entrara?

No le tomó mucha importancia a sus pensamientos, y las consecuencias las tiró por la borda cuando escucho una carcajada limpia del albino que prácticamente le aseguraba que se perdería de cosas muy graciosas.

Diablos, diablos, diablos.

–¡Hikaru, ven a cen-

Quedó perplejo.

Su cara era un poema.

Dentro de la habitación habían marcas raras por el suelo, paredes y techo –Y sabrá el demonio como es que pudo llegar si este se encontraba a mas de dos metros– fotos de Killua y Gon pegadas cerca de dichas marcas que se debe recalcar era de color rojizo.

Gon rezaba mentalmente que fuera salsa de tomate.

También de algunas de las variadas decoraciones se encontraban rosas rojas, cuyos algunos pétalos cubría algo que fue lo único que provocó la verdadera atención del moreno de ojos mieles; ¿Acaso esos eran dos muñecos con las fotos de sus caras?

¿¡Pero qué diablos?!

–¡Dios del Yaoi, junta estas almas para darme mi suculencia y memes! ¡Te lo ruego ante ti, mi señor!  –Gritaba una joven de hebras turquesas con ojos del mismo color y piel pálida vestida con una capa negra, levantando sus manos al cielo sosteniendo un pajarito que miraba al moreno pidiéndole auxilio, lo veía en sus ojos.

Pero echó toda pregunta cuando observó la forma en que los muñecos de tela estaban posicionados en lo que parecía ser un altar satánico.

–¿Sabes? Ven cuando quieras -Le dijo dándose la vuelta automáticamente para después caminar directo al baño que justo estaba al lado –Mientras, yo iré a borrar esto de mi conciencia con desinfectante –Murmuró sintiendo diversos escalofríos por lo que acababa de ver, escuchar y pensar.

Esto era nuevo.

Y sinceramente daba miedo.