Misión unir al par de tontos [Gonkillu X Reader]

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–¡Llegué yo perras! –Gritaba Hikaru cuando sin ninguna delicadeza abrió la puerta principal de una patada con las compras del día y el suministro diario de Killua; siendo este en su totalidad los chocolates favoritos del albino.

–Hikaru-San, saliste hace siete horas ¿Dónde estuviste?  –Le regañó la menor con el ceño fruncido. A lo cuál la chica le sonrió con nerviosismo, suficiente para llevar al canoso del grupo a una muy simple conclusión directa pero muy posiblemente acertada. 

–De seguro siguiendo a pobres almas en desgracia –Susurra Killua pasando de largo no sin antes arrebatar la bolsa de gran tamaño que tenían sus queridos dulces que lo mantenían vivo.

–No, no ,no ,no... Bueno si.

–¿Hombre o mujer? –Pregunta el moreno hablando finalmente.

–Mujer ¿Acaso no es obvio? –Responde la chica como si fuera lo mas claro del mundo.

Gon extendió la mano en dirección del más joven, el cual no tuvo de otra que entregarle lo acordado en dinero.

–Bueno... –Murmura sintiendo una vena sobresalir de su frente al notar la sucia apuesta que traían esos dos –¡Gon, si cierto! -Recordó Hikaru de un segundo a otro -¡Toma, para ti! -Entonces de una de las bolsas sacó un jugo de color rojo. -Tenía sed y tomé un poco ¿Te molesta? -Pregunta algo apenada al contrario que aceptaba entre sus manos la botella.

–Hmm no, tranquila Hikaru -Le sonrió con su típicos brillos de fondos.

–No sabia que los brillitos Gays existían de esta manera... –Pensó anonadada la chica al ver lo brillante que era el moreno. Parecía un Sol por el amor a Dios. 

Entre todo el revoltijo que eran esos tres hablando de todo, Killua abría desesperado las bolsas en busca de sus preciados chocolates. Y cuando los encontró se sintió en la gloria.

¿Qué? No había comido un solo Chocorobot en dos semanas.

Estaba agonizando.

–Dejaré esto en el refrigerador, ya vuelvo –Dice finalmente el chico de puntas verdes alejándose de la conversación, y en el camino tomó la mano del albino en un agarre fuerte pero no lo suficiente para herirle. 

–Necesitamos hablar, Killua

Hikaru casi se le salen los párpados de sus órbitas y un muy ligero sonrojo cubrió su blanca piel. –Oh, de seguro van a hablar del signo de cáncer... –Susurró Hikaru entrecerrando los ojos y duplicando los gestos de Hisoka a la perfección.

La pobre pelinegra sentía un deja vú, y no entendía por qué.

–Bueno Alluka, iré a mi cuarto –Sonrió finalmente la de hebras turquesas despidiéndose de su amiga, mientras que esta misma se despidió de la misma forma con una sonrisa. Una vez ya había desaparecido de entre los escalones el trio se encogió de hombros, justo unos minutos después ambos amigos volvieron y se necesitaba agregar que el albino estaba hecho un tomate.

¿Qué habías hecho, Gon?

Y así pasó una media hora viendo Frozen hasta que se acabó, cosa que agradeció enormemente el albino porque si escuchaba una sola canción más se cortaría él mismo el cuello, maldita sea.

Después de cenar se fueron directamente a dormir.

Sin saber los oscuros planes de la joven de ojos turquesas.

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