Capítulo 20. Vigésima noche

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Una fuerte tormenta castiga los cristales de la única ventana de mi habitación.

Estoy envuelta en mis sábanas, un bulto imperceptible en la cama.

No sé cuántos días llevo aquí escondida. No sé por qué lloro. No sé por qué tengo tanto miedo.

Esta noche Gmork es invencible. Lo sé porque mi sangre acude con loca obsesión hacia las partes más distales de mi cuerpo. Lo está buscando. Todo mi cuerpo vibra con la sintonía de sus gruñidos, su olor dulce y pegajoso, el sonido de sus garras arañando la moqueta...

Sé que estoy perdida.

Pero no quiero que nadie me encuentre.

E𝓁 𝓂𝑜𝓃𝓈𝓉𝓇𝓊𝑜 𝒷𝒶𝒿𝑜 𝓂𝒾 𝒸𝒶𝓂𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora