Capítulo 24. Vigésimo cuarta noche

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Últimamente me cuesta caer. Y no creas que es porque ahora soy más fuerte. No. Es otra cosa: Me esfuerzo por caer pero no lo consigo.

Es ahora cuando tomo verdadera conciencia de lo mucho que he llegado a amar mi propia mierda, mi pozo.

Tú lo sabes, querido diario, seguro que tú también tienes un pozo. Todos tenemos uno, y en el fondo encontramos cierta comodidad en él, cierta dulzura en algunos tipos de tristeza que se hace adictiva. No finjas que no sabes de qué hablo.

Pues aquí estoy estas semanas, luchando por caer, pero no caigo. Creo que mi pozo se ha vuelto contra mí.

O quizá esa parte de mí que pertenecía al pozo se quedó allí encerrada para siempre la última vez y ahora soy otra persona, sin esa parte.

"Separados soy materia inerte"

E𝓁 𝓂𝑜𝓃𝓈𝓉𝓇𝓊𝑜 𝒷𝒶𝒿𝑜 𝓂𝒾 𝒸𝒶𝓂𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora