Senti una opresión en el pecho al escuchar a ese niño decirme Appa, era como un sentimiento de regocijo casi indescifrable que me hacía querer sonreír ante ello pero no podía pues volver a verlo allí parado y sabiendo que tenía un hijo más su Alfa lo creía completamente perdido.
—Cálmate nene, debes hacer caso a tu Appa, ¿Vale?
Me miro con sus ojos llorosos y asintió mientras lo bajaba de mis brazos sintiendo un vacío al soltarlo, Tae tan solo me miro, se notaba desprecio en sus ojos y se fue sin decirme nada con su familia.
Debería ser yo quien agarraba su mano, debería ser yo quien cuidaba de esos niños que para mi sorpresa eran dos, debería ser yo quien bese su mejilla con dulzura, debería haber sido yo...
(...)
—¡Vamos a cenar!
Habíamos llegado a casa, trataba de olvidar completamente lo sucedido aquella tarde, aún no podía creer que él estaba aquí, quería que se fuera, no quería sufrir de nuevo.
Vi a mi niña bajar a tropezones de las escaleras pero no a mi pequeño, mi alfa se encontraba en la ducha mientras tanto, seguí sirviendo la comida volviéndolo a llamar pero no bajaba, suspire pensando en que estaba molesto por lo sucedido, subí las escaleras para llegar a su habitación y noté que la puerta estaba entreabierta, entre y el no estaba allí...mi corazón se empezó a acelerar....
—¡Bebé!, ¡TaeHo! ¡Sal! ¡Ya deja de jugar a las escondidas!.
Empeze a buscarlo en todas las habitaciones mientras Hong-Joong salía de la ducha preocupado por mis gritos.
—A-amor él no está en ninguna parte, no, no,
b-busquemos bien, el debe estar por aquí si, si eso.Hable nervioso y preocupado a la vez, mi niño, mi bebé debe estar aquí, debe estarlo.