Algunas personas se relajan limpiando, cocinando o haciendo diferentes cosas que les gusta, otras buscan una distracción para escaparse un momento de la realidad, de los problemas con que se cargan, escaparse aunque sea un instante del mundo que los rodea, sus niños estaban en la escuela mientra él lavaba los vegetales que usaría para él almuerzo, tenia la mirada perdida mientras lo hacia con tranquilidad como siempre la rutina diaria, nada cambiaba, nada emocionante ocurría.
Sintió los pasos de su alfa acercándose, su olor a cítricos lo sentía muy cerca pero no le importaba, pensaba que solo entraría a preguntarle que cocinaría o como estaba, al menos se preocupaba por él, no era una mala persona, era bueno, era un buen alfa, ¿Verdad?
—Tae...
—Joongie...¿Qué?
Sintió sus manos enredarse en su pequeña cintura mientras repartía besos en todo lo que podía alcanzar de su cuello, soltando pequeños suspiros tratando de concentrarse en el pequeño placer que le brindaba su alfa, porque si, él lo era pero su lobo sabia que las cosas no eran así, lo alerto cuando sintió su erección presionarse con su trasero, su lobo no lo quería a pesar de que Taehyung trataba de aceptarlo, su lobo no se lo iba a permitir porque ya sabia quien era su alfa.
—No, ¡Alto!, aún no estoy listo.
Se zafó rápidamente alejándose de él, con la respiración agitada y el cuerpo temblando al ver su semblante, sus ojos detonaban furia, se sentía pequeño en ese momento rogando poder encerrarse en su habitación y salir encontrándose con su mirada dulce pidiéndole perdón por haber perdido los cabales pero las cosas habían cambiado, él ya no era el mismo, ya no estaba el hombre que alguna vez prometió cuidarlo, que prometió que lo enamoraría sin importar que, ya no era ese dulce alfa que alguna vez conoció , ¿Qué había cambiado?
—¿Y cuanto más Taehyung?, ¿Cuanto más?, te espere por cuatro años, cuatro malditos años, soy tu alfa y debes complacerme, tengo derecho.
Trato de controlar su nerviosismo pero era en vano si la habitación olía a enojo puro, si avanzaba un paso él retrocedía haciéndolo cabrear más y ponerle más nervioso, trataba de soltar feromonas que lo tranquilizarían pero no daba resultado.
—No, así no, sabes que no, prometiste que me cuidarías, dijiste...
—Se las estupideces que dije pero todo tiene un límite Tae y no sabes las enormes ganas que tengo de joder ese lindo culo que te cargas.
Se alteró al ver como se quitaba el cinturón temeroso por lo que haría, las lagrimas empezaron a empañar sus mejillas por lo que sabía que iba a pasar, no podría ni mirar a sus hijos si lo hacía, se iba a sentir mal, destruido, el quería por lo menos aceptarlo y concentrarse en él placer ya que, todos tenemos necesidades y él se sentía tan solo pero no, su lobo estaba furioso, quería a su alfa de vuelta, lo quería ya, si no era él no era nadie más, eso se lo había dejado muy en claro.
Resignado a hacer cambiar de opinión a su lobo, cayó de rodillas antes el alfa haciendo puños con sus manos en sus piernas, agachando su cabeza tratando de contener el horrendo llanto que quería salir por sentirse tan humillado, tan solo, tan olvidado.
—Una semana, por lo que mas quieras, se que estás enojado y no te culpo pero déjame prepararme, ¿Si?, te, te prometo que sucederá....
¿Dónde estaba ese omega que no se dejaba pisotear por nadie?, ¿Dónde quedo ese omega frío que le importaba una mierda si se quedaba solo?, ¿Dónde?, hasta él mismo se lo preguntaba, tenía tanto miedo de quedarse solo, de destruirse frente a sus hijos que no se daba cuenta el inmenso daño que se hacia, el alfa salió de la cocina con furia y se retiró de la casa sin decir más a quien sabe donde.
Cuando escucho el sonido de la puerta sus gritos eran lo único que se escuchaba en esa casa, sus alaridos de dolor por haberse humillado ante su alfa eran lo único que se podía presenciar, su lobo aullaba queriendo que se calmara pero era en vano, tanto dolor reprimido hizo que se desahogara allí mismo, solo en esa cocina, en ese frió suelo lloraba ese omega, tanto que si las paredes tuvieran vida llorarían junto a él.
Estaba tan solo.
Tan olvidado.
Que nadie se dio cuenta como poco a poco ese omega se rompía cada vez más sin poder arreglarlo.
No todo tiene solución, ¿Verdad?