Sus bocas se movían con parsimonia mientras sus manos viajaban por su cuerpo, desesperado por tomarlo, no le importaba si sería allí mismo en el frío suelo, con la calentura de sus cuerpos ni lo sentirían, lo único que le importaba era que quería hacerlo suyo ya mismo, de sentirlo, de poseerlo en cuerpo y alma porque solo él podía hacerlo, era un maldito egoísta que no dejaría que nadie lo tocara de la forma que solamente él sabía.
Lo hazlo de los muslos provocando que el omega enrollara sus piernas en su cadera, lo llevó con pasos torpes a su habitación, deteniéndose de rato en rato por la falta de aire y volviendo a empezar besos desenfrenados como si su vida dependiera de ello.
Cuatro largos años separados, años que se extrañaban ínfimamente, años que sus cuerpos reclamaban por volver a fundirse en uno solo, las prendas fueron arrojadas mientras caminaban llegando a la habitación a cuestas, el alfa depósito a SU omega en la cama ambos ya con el torso desnudo, aún luchando con sacarse los pantalones y quedar solo en bóxer.
—Hobi...
—Dime hermoso, ¿Qué sucede?
Beso sus mejillas bajando hacia su cuello metiendo sigilosamente su mano dentro de su bóxer, agarro su ya despierto miembro empezando un lento vaivén que le saco suspiros y gemidos placenteros provocando que acelerara el ritmo, cuanto había extrañado los gemidos de SU omega, cuanto extrañaba aquella placentera música.
—Hobi~...¡Ah!, m-más, Hobi~
Sus labios recorrieron cada centímetro de su cuello y pecho mientras retiraba la única prenda que lo cubría de su total desnudez, ante esto él omega por mero instinto abrió las piernas diciéndole sin palabras que ya estaba listo, que lo quería ya mismo, Hoseok se lamió los labios al ver aquella hermosa y deliciosa imagen, aquellos belfos rojos por tanto besarse, su piel perlada de sudor y su jugosa entrada donde escurría el lubricante natural, tan listo para él, tan solo de él.
Empezó un camino de besos desde su ombligo hasta su cuello sin poder contenerse más, introdujo la punta de su miembro introduciéndolo lentamente, un grito ahogado salió de la boca del omega al sentirse tan pleno, tan lleno de su alfa que apretó las sábanas gimiendo pausado de acuerdo al suave vaivén que le otorgaba.
—Ho...hobi....¡Hoseok!, ah~
Las embestidas empezaron a ser duras y sin control por petición del omega quien empujó al alfa haciendo que saliera de él y se sentara para que luego Tae lo montara con desenfreno, sus labios se encontraban de tanto en tanto, la respiración agitada y los gemidos eran lo único que se podría llegar a escuchar incluso a kilómetros, las gotas de sudor bañaban sus cuerpos, lo cual deleitaba al alfa al ver tan entregado a su omega.
—Ta...Tae...¡Joder!
El alfa apretó las nalgas del omega bajando duramente al encontrar su punto dulce y centrarse en él, Tae no aguantó más y se corrió entre sus abdómenes, cosa que lo dejó con la respiración irregular aún queriendo más de él , fue recostado con cuidado boca abajo de la cama con su trasero en alto, SU alfa aún no había acabado, él lo sabía pero poco le importaba, moriría si dijera que no quería volver a sentir al mayor que él mismo levantó más su trasero y buscó el miembro del alfa tratando de introducirlo nuevamente.
—¿Don...donde?, ¡Hoseok!, mierda...
Refunfuñó al no encontrarlo pues el mayor se había agachado a coger un preservativo, tarde pero nunca lo es, aún escuchando las maldiciones de SU omega se colocó el preservativo, volviendo a entrar en él callando sus insultos por gemidos roncos.
Ambos se comprendían completamente sin necesidad de palabras, solo bastaron unas estocadas más para que se corriera con un poco de enfado al no sentir esa exquisita sensación que era llenar por completo a SU omega, espero paciente que el nudo bajara y se recostó a su lado, no sin antes limpiar su pequeño desastre.
—Hobi...
—¿Qué pasa precioso?, ¿Te duele algo?, ¿Te lastime?, o...
—No es eso estupido alfa, yo.....te amo.
—No se pero extrañaba tus insultos, también te amo TaeTae.
Aún con las sonrisas impregnadas en su boca, se dispusieron a descansar abrazados el uno al otro, el aroma del cuarto era una mezcla exquisita de ambos olores, ambos sintieron que después de tanto tiempo podrían dormir por fin tranquilos.
(....)
La mañana pasó lenta, desayunaron de manera pacífica aunque en el transcurso de la preparación Hoseok no dejaba de mimarlo y robarle pequeños besos mientras le ponía miel a los Hotcakes, él no paraba de halagarlo diciéndole que prefería mejor el dulce de sus labios, cosa que hizo sonrojar al omega haciéndolo ver tan tierno que besó ambas mejillas al llevar todo a la mesa.
Charlaron de temas triviales, el ambiente era tan cálido y acogedor que se rehusaban a salir de su burbuja, sin embargo, ambos sabían que faltaba esa pequeña chispa para que todo sea completamente perfecto, sus hijos, el celular del mayor sonó provocando que él omega frunciera el ceño al ver las expresiones de su alfa por como contestaba el teléfono, luego recayó en que él trabajaba, lo había olvidado por completo.
—¿Debes ir?
—Si precioso es un problema urgente pero te prometo que vuelvo lo más rápido que pueda, los niños...
—Yo iré a recogerlos, estarán muy felices de poder verte, ademas debo hablar con Joong.
—Mejor trae a los bebés y me esperas para ir contigo.
—Descuida, Joong es un buen alfa y sé que entenderá.
—Sigo pensando en que deberías esperarme.
—Anda tranquilo, cuando llegues los niños estarán jugando en la sala y yo estaré preparando la cena, te lo aseguro.
—¿Como siempre debió ser?
—Como debería de ser .
—Te amo.
El alfa se fue con una sonrisa y con un amargo sabor en la boca, debía apresurarse en la empresa para volver rápido con su omega, las cosas malas siempre son las primeras en suceder y las personas malas se encargarían de separarlos a toda costa, ¿Cuando podrán tener su final feliz?, no lo tendrán porque eso no existe, solo en los cuentos de hadas y si quieren tenerlo, deben luchar por ello, ellos aún no ganaban la guerra y esta siguiente batalla más de uno saldría herido.