Se iba a resignar, iba a hacerlo, iba a retormar su camino hacia su hogar sin que lo viera, volvería a tumbarse en su cama a llorar como idiota hasta que estuviera completamente seco, más no contaba que el alfa lo vería, tampoco contaba con que su lobo se hartaría de su necedad y tomaría el control, sus ojos eran azules detonantes de furia contenida mirando a su alfa el cual estaba pasmado al verlo.
El omega prácticamente corrió hasta él importándole poco si la omega que se encontraba estupefacta le gritase, enrollo sus brazos en el cuello contrario estampando su labios contra los de su alfa, el beso demoró en ser correspondido pero no tardo mucho en empezar un beso duro y fogoso, en donde sus lenguas se reencontraban después de tanto tiempo, donde encajaban a la perfección como si estuvieran hechos el uno para el otro.
De eso no cabía duda.
Se adentraron a la casa cerrando con fuerza la puerta dejando afuera a la omega que aun no reaccionaba ante lo sucedido pero igual salió de allí con una sonrisa, Jisoo pensó que al fin su pequeño Hobi sería feliz, al menos por un momento, un buen momento, pensaba ella.
Mientras la pareja se había separado para tomar aire, el omega no contento con la separación empezó a besar y lamer el cuello de su alfa buscando el punto de su aroma, Hoseok ya regulando su respiración lo separó de él, sus manos temblaban por más contacto pero sabía que estaba mal, demasiado mal.
—Alfa...
Levantó la vista al escucharlo notando sus ojos azules, sabía que no era él, sabía que no sería capaz de venir a besarlo el mismo, la desilusión se esparció en él, una pequeña esperanza había brotado pero se esfumo al ver que no era él.
—Donde.....¿Dónde está Taehyung?
—Déjame ver a mi alfa, por favor, déjame verlo.
Hoseok lo miró extrañado como si hubiera dicho la mayor estupidez en su vida, cosa que lo distrajo y su lobo tomo el control de este, encontrándose por fin con su omega, su adorado omega, sus ojos rojos prominentes alegraron alcachorro al poder ver a su alfa.
—Cachorro...
—¡Alfa!
Ambos sonrieron abrazándose, sintiendo como se envolvían en el aroma del otro, entre suspiros se acurrucaron en el sofá descansando tranquilamente, ellos sabían que se necesitaban, sabían que eran uno solo y que se complementaban a la perfección pero también sabían que sus humanos eran tercos, que no los dejarían estar juntos como la luna mandaba, más no iban a permitir que se volvieran a separar, ellos se amaban, no querían aceptarlo, sino era por las buenas, sería por las malas.
(...)
Ambos se despertaron abrazados el uno al otro, con el omega apegado a su pecho y el alfa aprisionándolo entre sus brazos, hace tanto tiempo ambos no dormían de esa manera, tan tranquilos, tan completos, tan cálidos, aquella hermosa imagen no duro mucho pues despertaron asustados por cómo se encontraban.
—Yo...lo...lo
—No lo hagas, solo...
Suspiro tratando de calmar a su lobo que quería volver a salir, no lo iba a permitir porque él sabía que no podía aceptarlo, que ya no importaba que hacia allí, sabía perfectamente que él no habría venido por su cuenta.
—Retírate, ¿Si?
—No lo haré
La tranquilidad con la cual empezó la mañana, se esfumó al escuchar que no se iría, ¿Acaso quería jugar con él?, la sola idea de que quizás se había peleado con su alfa y ahora venía con su premio de consuelo a usarlo como cual pañuelo roto, con solo pensar eso el enojo broto en él, no iba a permitir que lo usaran así, no lo permitiría.
—¿Disculpa?, te recuerdo que no hay nada entre nosotros Taehyung, nada, lo único que nos une son nuestros hijos, te prometí que vería por ellos, sabes que no busco problemas.
—¿Todavía me amas?
—¿Qué?, Taehyung por favor, ya no somos unos niños, somos adultos sabes....
—Aun no respondes a mi pregunta Hoseok, se que cometimos errores pero yo aun te amo, te amo como no te imaginas, ya deja tu maldito orgullo de una vez y respondeme si aun me amas porque se que si o ......al menos, aunque sea miénteme diciendo que si, no sabes cuan dolido estoy, cuan necesitado estoy de escuchar esas palabras salir de tu boca, por favor.
Las lágrimas bañaban las mejillas del omega, el cual se tapó los ojos empezando a sollozar sin control queriendo gritar e irse de allí por sentirse tan patético, tan usado, tan roto, le dolía, le dolía la indiferencia del alfa, le dolía que así sería su vida hasta que muriera, con el amor de su vida rechazándolo mientras que él se quedaba miserable tratando de sonreír para sus hijos, solo por ellos lo haría.
Mientras que el alfa aún buscaba algún indicio de mentira, de burla, que solo fuera una estupida broma para hacerlo sufrir otra vez pero tan solo encontró sinceridad en sus ojos antes de que se los tapara, provocando que el corazón se le oprimiera escuchando lo que tantos años había esperado, aún lo amaba, aún su omega lo amaba.
—Aun te amo TaeTae y no estoy mintiendo, te eh extrañado tanto que pensé que ya me habías olvidado, ese alfa....
—Ese alfa nunca tomo tu lugar, ni en mi cuerpo ni en mi corazón, mi lobo y yo sabemos quien es nuestro alfa pero, ¿Yo que soy para ti?
—Eres mucho más de lo que te imaginas, mi omega, mi dulce omega, simplemente mi todo, te prometo, no, te juro que nunca nos vamos a volver a separar.
—¿Para siempre?
—Para siempre y en mis siguientes vidas te amare solo a ti.
¿Tan fácil fue?, ¿Solo hablar y ya?, aveces esa es la única solución ante cualquier problema y ellos ya estaban cansados de negarse, de no poder amarse, con ansias de volver a sentirse uno solo probando los labios del otro y cubriéndolo piel por piel, se adoraban como nadie y se amaban como ninguno.
Para siempre es un tiempo muy largo, tan largo como el hilo rojo que todos tenemos, aunque seamos felices siempre habrá alguien envidiándonos queriendo vernos infelices porque esa es su felicidad de ellos, aunque nos caigamos, aunque quieran separarnos de la o las personas que queremos debemos ser fuertes y no permitirnos caer, no podemos seguir derrumbándonos ante ellos, no podemos darles el gusto, aunque estemos rotos siempre estará esa persona para que nos ayude a reconstruirnos, solo hace falta un sonrisa, una voluntad, un aliento para poder levantarnos y seguir caminando.