4 años más tarde...
Quizás no fue una buena idea regresar pero no, tuve que hacerle caso al idiota de mi lobo, después de enterarme todo el teatro armado por mi padre no tuve mas opción que terminar con ese matrimonio fingido, igual nunca me incito a amarla o a tocarla, nunca quise aquello a pesar de estar casi cuatro años juntos, no sé cómo se pudo lograr eso pero creo que su "amante" tendría todas las respuestas, después de todo que me salga con que estaba embarazada y que el niño era mío eso ya era estupido, no soportaba más tanta porquería.
Igual a mi padre lo perdone y seguí con lo que quería desde un principio, "la empresa", se que estuvo arrepentido por lo sucedido pero ya todo había quedado en el pasado, ya se había resignado a dejarme elegir a mi pareja, él ya había madurado (recién), se notaba bastante cambiado y viejo.
Mamá lo dejo hace dos años por otro alfa diciendo que ya estaba harta de seguir así, que ya no aguantaba los maltratos que por tantos años calló y sin más se fue tan solo dejando una nota que aún mi padre le llora cada noche, sin duda el karma llega, tarde pero lo hace, en fin por el trabajo tuve que regresar de Inglaterra a Corea, había ocurrido un problema financiero y necesitaba solucionarlo de inmediato.
Fue bonito estar allí, despejarme un rato de todo, reflexionar por mis idioteces y escuchar a mi odioso lobo por una vez ya que cada día era lo mismo, quería volver, visitar a Kook y al odioso de su alfa, sin duda los visitaría al menos, no siempre debo estar ocupado en la empresa pero es lo único que me mantiene ocupado.
Ahora me doy cuenta que todo esto fue mala idea, fue pésima idea haberlo hecho, fue mala idea volver, fue una pésima idea ir a ese restaurante pero no diría que todo fue malo, esa sonrisa hermosa que tenía ese pequeño me calentó el corazón tanto que me dieron ganas de abrazarlo y llorar todo lo que tenia retenido pero.....no pude.
¿Cómo termine allí?, pues mi chófer aún no llegaba y yo me moría de hambre, así que empecé a divagar por las calles buscando un lugar donde satisfacerme, miraba curioso el letrero del lugar "Omeglas", raro pero único, volviendo al pequeño niño que seguía mirándome con curiosidad como si fuera un espécimen raro.
El niño aún seguía mirándome con ese brillo en los ojos que me cautivaba, que me hacía sentir un sentimiento como nunca antes, no era amor en sí, si no otra cosa pero mi sonrisa fue momentánea hasta que volví a sentir ese dulce aroma, ese exquisito aroma que me hacia perder la cabeza, cuanto había extrañado ese embriagante aroma.
Mas me había quedado perplejo al verlo con otro alfa dándome entendido que lo había perdido más que aquella noche.
—Appa...