un cumpleaños que trae más problemas que alegrias

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Vegeta y Bulma estaban durmiendo en la habitación del guerrero. Los padres de ella se habían marchado ya de viaje, y aunque ninguno de los dos lo reconociera, estaban disfrutando de aquella tranquilidad. Dieron las 5 de la mañana y el guerrero se desperto como siempre, sin necesidad de despertador. Era hora de ponerse a entrenar. Apartó con cuidado el brazo de la humana y fue hacia el baño. En realidad no sabía porque lo hacia con tanto cuidado, si a esas horas aunque cayera un meteorito Bulma no se enteraría.

Cuando Vegeta salió por la puerta y esta se cerró, Bulma se despertó. No era que el guerrero hubiera dado un portazo. Para la lucha era terriblemente despiadado, pero en otras facetas podía ser muy delicado, al fin y al cabo así lo habían educado. La peliazul ultimamente se despertaba con mayor facilidad. Los problemas serían, pensaba ella. El tiempo pasaba demasiado rápido, casi se le escapaba entre los dedos. Y la llegada de los androides le atormentaba, y no por la llegada de estos en sí, sino por lo que eso podía conllevar. La muerte o la marcha de Vegeta. Aquellos pensamientos la desvelaron, y finalmente se marchó a la cocina a prepararse un café.

Tras el café se fue a trabajar al laboratorio. Tenía que organizar la fiesta de cumpleaños, pero le daba pereza. Yamcha se había ofrecido a ayudarle, pero le dijo que no era necesario. No le apetecía estar a solas con Yamcha en casa. Por otro lado estaba Vegeta... a el no le gustaban sus amigos, ni los humanos en general. Mezclarlos podía no ser una buena idea. No porque el príncipe fuera a participar en su fiesta, ya contaba con que se alejaría del resto, pero y si alguno decidía acercarse a Vegeta... no sabía que podía pasar. Quizás hubiera sido más fácil no organizar nada, pero ya lo había prometido, y a fin de cuentas quedaba todavía un mes. Todos aquellos pensamientos sumados a la hora que era le dieron ganas de devolver.

Pasaron las horas en el laboratorio, y aquella sensación de naúseas no hacía sino aumentar, así que decidió ir a tumbarse a la cama. Por la tarde tenía que ir a hacer unos recados, y tal y como estaba en ese momento dudaba que pudiera hacerlo.

Mientras tanto Yamcha estaba hablando con Shanon:

-Lo siento Shanon, pero esta tarde no voy a poder, tengo que entrenar.-

-¡Otra vez!No entiendo ese estúpido entrenamiento.¿Para que tanto entrenamiento?.- Pregunto la joven, que no sabía nada de que en menos de dos años llegarían unos extraños androides que matarían a casi toda la población de la tierra.

-Te prometo que te recompensaré.- Dijo el guerrero.

Y en cuanto le hubo colgado el teléfono a su novia se dispuso a llamar a Bulma.

Vegeta se encontraba en el comedor cuando llamaron al teléfono. La humana no había bajado a comer, sentía su ki en su cuarto, pero no notaba nada anormal en ella,así que no se preocupo, y se dedicó a comer. Quizás cuando terminara subiera a hacerle una pequeña visita.

El príncipe tomó el teléfono.

-¿Diga?.-

Yamcha reconoció esa irritante voz al instante. Era el mono espacial. Por lo que veía allí seguía. Tenía miedo de la llegada de los androides, pero por otra parte Yamcha deseaba que mataran a Vegeta, y no volviera a resucitar jamás.

-Quiero hablar con Bulma.-

-¿Quien eres?.- Preguntó con desdén el príncipe, aunque reconoció de inmediato la voz de Yamcha.

vegeta y bulma (siempre a tu lado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora