bajo la lluvia

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Bulma estaba ya de 5 meses. Llevaba sin saber de Vegeta 3 meses. No quería molestarle en su entrenamiento, pero no podía más, tenía ganas de saber como le iba todo, y aunque sabía que era una tontería, quería que viera como se le notaba ya el embarazo.

Llamó a través del intercomunicador que había instalado en la nave. En la pantalla Bulma vio la nave por dentro, pero no vio a Vegeta.¿Estaría en algún planeta y había salido fuera a entrenar? La preocupación la recorrió.-¿Vegeta?¿Vegeta estás ahi?.- Preguntó la peliazul intentando ver algo dentro de la nave. Por lo menos se veía todo en buen estado, no se veía la nave destrozada. Quizás se encontrara fuera entrenando. Su mirada se llenó de tristeza y apagó el intercomunicador.

Fue a la cocina. Últimamente tenía un apetito voraz, digno de un sayan. Mientras comía pensó que era una lástima no haber podido hablar con el príncipe. Quería decirle que estaba embarazada de un niño. Se lo habían dicho en la última ecografía, y sabía que le gustaría que fuera varón. Sonrió pensando que probablemente se hubiese enfadado de que Yamcha la hubiera acompañado a la última ecografía. El doctor había pensado que Yamcha era el padre, y por no hacer sentir mal a su amigo delante de nadie, no le había corregido. Yamcha tampoco había dicho nada.

De repente entró Yamcha en el comedor. -¡Hola Bulma!¡Vengo de visita! Dijo trayendo unas flores.-

La peliazul se sintió un poco incómoda de recibir flores de su exnovio, mientras el padre de su hijo se encontraba en el espacio entrenando para protegerles.

Gracias. Las pondré en agua.-

El guerrero se sentó en la cocina,y observó la montaña de platos que había. No cabía duda de que aquel niño iba a ser un guerrero del espacio. -He dejado a Shanon.- Dijo.

-Oh vaya lo siento.-

-No lo sientas. No estaba enamorado de ella.-

A la científica no le gustaba los derroteros que estaba teniendo la conversación.

-¿Crees que Vegeta volverá?.- Preguntó Yamcha. Definitivamente a Bulma no le gustaba el rumbo que estaba tomando esa conversación.

-Por supuesto que volverá. Y cuando vuelva se habrá conseguido transformar.-

-¿Y si no vuelve?.-

-¡Volvera! Mira Yamcha, si has venido para poner en duda a Vegeta ya puedes marcharte por donde has venido. No necesito esto.-

El guerrero se arrepintió de haber sido tan directo. Él estaba convencido de que Vegeta no iba a volver, que la había dejado embarazada y se había largado. Lo que él quería decir era que aunque estuviera embarazada de otro, él estaba dispuesto a ser un padre para ese niño.

-¿Damos un paseo?.- Preguntó el guerrero. Bulma asintió y salieron a caminar.

-El día del nacimiento habrá que cortarle la cola al pequeño.- Dijo Yamcha.-Puedo hacerlo yo si quieres.-

-Yo había pensado en Vegeta. Son de la misma raza, el sabrá como hacerlo.- Respondió la peliazul. Yamcha seguía convencido de que el simio extraterrestre no iba a volver, pero prefirió no decir nada, el día del nacimiento del pequeño, allí estaría él.

-Quizás milk pueda resolverte alguna duda.-

-Ella no sabe nada, y de momento prefiero que siga siendo asi. Ella no sabía ni que estaba embarazada de un guerrero del espacio y todo fue bien.-

-¿Estás segura que todo fue bien?No sabemos como fue el parto.- Respondió Yamcha. La científica recordó lo que le dijo Vegeta el día que le anunció que estaba embarazada. Le dijo que no sabría si conseguiría sobrevivir a dar a luz a un guerrero del espacio. Aquello la dejó intranquila.

-¿Bulma?.- Dijo Yamcha mirando a su pensativa amiga.

-Estoy segura que todo irá bien,tengo a los mejores médicos. Y Vegeta estará conmigo.-

Yamcha estaba convencido de que eso no iba a ser así , pero sabía que si lo expresaba Bulma se enfadaría. Llegado el momento, ya lo vería ella con sus propios ojos.

Los padres de Bulma se encontraban emocionados con el nacimiento de un nieto, un futuro heredero de la corporación cápsula. Ya habían acondicionado una habitación para el pequeño sayan. Cuando la peliazul llegó a casa tras el paseo con Yamcha se llevó una sorpresa, se encontró a su padre pintando un cuarto de azul.

Mientras tanto en el espacio Vegeta volvió a la nave tras una sesión de entrenamiento muy dura. Siempre se quedaba a las puertas pero nunca conseguía la transformación. No sabía que más podía hacer, que le faltaba. él entrenaba muy duramente todos los días, seguro que más que Goku, algo fallaba.

Vio que en la pantalla había una lucecita. No había utilizado el intercomunicador desde que había partido. Le dio al botón y vio la cara de Bulma al otro lado de la pantalla. Una sensación muy extraña se apoderó de su estómago, y recorrió todo de su cuerpo, desde los dedos de sus pies hasta la punta de su cabello. Llevaba meses sin ver ni hablar con Bulma, y de repente ahi veía a la humana de pelo azul. Se había cambiado el peinado, ya no llevaba la permanente rizada, sino una melena lisa azul. Era una grabación, lo único que se oía era a su humana preguntando por él. Se fijó que ya llevaba la tripa abultada. Las sensaciones que comenzó a sentir por dentro eran indescriptibles.

De repente el sayan tenía unas ganas locas de volver a la tierra. Pero volvió a la realidad. No podía volver, no hasta haberse transformado. Sabía que le había prometido a la humana que estaría en la tierra para el nacimiento de su hijo, y el príncipe de los guerreros del espacio no iba a faltar a su promesa.

Se dió una ducha y salió de la nave. Se encontraba en un planeta desierto. En ese momento comenzó a llover. El sayan cerró los ojos con la cabeza hacia arriba, sin hacer nada por evitar mojarse con la lluvia. Sentía que aquella luvia le limpiaba, le apaciguaba.

Mientras tanto, al mismo tiempo en la tierra, Bulma se encontraba en el jardín de corporación cápsula. Había comenzado a llover. La peliazul se descalzó y disfrutó de aquella sensación. Cerró sus ojos y movió su cabeza hacia arriba, disfrutando de aquel momento.

Sin saberlo,ambos se encontraban haciendo lo mismo en aquel momento, y pensando el uno en el otro.

vegeta y bulma (siempre a tu lado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora