vegeta y bulma (siempre a tu lado)

convivencia

Vegeta vio como la puerta de su habitación se abría.
Y allí apareció, la chica de pelo azul. No le hacía ninguna gracia volver a verla otra vez. Lo había hecho sentirse débil por un momento, y eso al guerrero no le gustaba.

-Te he traído la cena. Te la dejo ahí, pero no te acostumbres.- Dijo Bulma, y acto seguido se marchó.

No lo podía creer. Le había traido la cena. Alguien había pensado en él por una vez. No era la primera vez que alguien le traía la cena en una bandeja, pero si era la primera vez que no lo hacían por obligación. Por un momento el príncipe había pensado que ella se quedaría con él. Y a él no le hubiera desagradado, pero sabía que era mejor así, cada uno por su lado.

La semana siguiente pasó como la anterior.
Con duros entrenamientos de Vegeta, y mucho trabajo por parte de Bulma. Vegeta volvió a cenar con Bulma. No hablaban de temas trascendentales ni de nada importante. Sólo cenaban, charlaban de alguna cosa, y básicamente se hacían compañía el uno al otro.

Bulma le contó que su padre era un gran científico, todos sus logros e inventos, y los de ella misma.

Vegeta no estaba acostumbrado a tratar con una mujer tan inteligente, en realidad, no estaba acostumbrado a tratar con nadie.
Cuando trabajaba para Freezer, la mayoría de la gente con quien se relacionaban eran idiotas. Incluso el mismo Freezer era un idiota, un idiota muy poderoso, pero sólo un idiota al fin y al cabo.

¿Sería por todos esos avances científicos que Goku había conseguido ser un superguerrero?

Decidió que al día siguiente por la mañana después de desayunar, echaría un vistazo al laboratorio del Doctor Brief, antes de irse a entrenar.

Bulma estaba encantada con ese interés de Vegeta por sus inventos, por fin alguien valoraba su lado inteligente, y no solo su belleza.
Y por fin encontraba a alguien lo suficientemente inteligente como para comprenderlo y valorarlo. Vegeta ya había demostrado al sugerir que trajieran el alma de Goku a la tierra que no era ningun tonto.

Cuando se fueron a dormir, Bulma se dio cuenta de que aquello no le haría ninguna gracia a Yamcha, Había alojado en su casa al hombre que le había matado. Sabía que le traería problemas, pero lo cierto es que le daba igual lo que pensara Yamcha.
Hace mucho se dio cuenta de que no iba a acabar casandose con Yamcha. No sería justo para él. Quizás nunca se casase ni tuviese hijos. Bueno Vegeta también estaba solo, y parecía gustarle esa soledad. Vegeta era un tipo inteligente, no podía ser tan malo estar solo.

A la mañana siguiente:

Vegeta desayunó sólo como de costumbre, y se fue hacia el laboratorio del padre de Bulma. La muchacha le había dicho el día anterior donde estaba.
El príncipe entró, y vio un laboratorio enorme, aunque no muy diferente al de Bulma.
Comenzó a inspeccionar todo lo que allí había con admiración. Era increible como esos terrícolas podían ser tan inteligentes. Desde luego los había subestimado. De repente sintio que la puerta se abría y notó dos presencias. Eran el padre de Bulma, y para su desgracia, su molesta madre.

-¿Que haces aqui?.- Pregunto el padre de Bulma sorprendido.

-¿Quieres desayunar con nosotros apuesto vegeta?.- Dijo su madre.

A Vegeta se le hinchó la vena de la frente al verla.

-Ya... ya he desayunado.- Acertó a decir.