pesadillas

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Vegeta estaba viendo a un extraño ser, de un planeta que creyó haber destruído hace muchos años. Era un planeta con unos seres con forma de insecto. Su rey había encerrado y masacrado medio planeta, pero Vegeta y Nappa habían destruido a su rey.

Aquel ser caminaba hacia él.

-Tu me quitaste a mi amada.- Le dijo el hombre insecto.

-¿Cómo es posible que sobrevivieras?.Yo mismo destruí tu planeta, y estoy seguro de que tú estabas allí.- Dijo el príncipe.

-Tu me quitaste a mi amada y yo te voy a quitar a tu mujer.- Dijo aquel ser,que sacó de una cueva a Bulma encadenada.

El corazón de Vegeta palpitó fuertemente y una extraña sensación invadió su ser, pero no podía mostrar debilidad. -A mi no me importa lo que hagas con ella.- Dijo mostrando indiferencia.

Entonces el hombre insecto le rebanó el cuello y el guerrero fue testigo de toda la sangre que no parecía dejar de manar.

El sayan se volvió loco y comenzó a golpear al hombre insecto lleno de furia y de ira. Tras dejar muerto al ser de aquel planeta extinto se acercó a Bulma, que yacía en el suelo. Pero su cuello estaba intacto, excepto por unas marcas... las marcas de la unión sayan. La humana abrió los ojos. -Márcame, Vegeta.- Dijo la peliazul.

-No se de que estás hablando.- Respondió el sayan.

La humana se levantó.-Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Hace tiempo que me consideras tu mujer,y llevas tiempo queriendo marcarme, para que sea sólo tuya y no se me acerque nadie más.-

-No necesito marcarte para eso.-

-No lo necesitas, pero quieres, lo deseas. Me deseas...-Esto último la peliazul lo dijo sensualmente al oído del príncipe. Comenzaron a besarse con voracidad. Y el sayan comenzó a besar el blanco y suave cuello de Bulma. Su instinto habló por él, y clavó sus colmillos. Una sensación de euforia lo invadió... y entonces despertó. Todo había sido un sueño. Se encontraba en la nave espacial que le había acondicionado Bulma. Tenía que comenzar su entrenamiento. Aquel sueño le había dejado un extraño sabor... se sentía extrañamente bien. Pero el sayan no podía seguir pensando en tonterías, tenía que comenzar el entrenamiento cuanto antes. Debía convertirse en super Sayayin. La cuenta atrás había comenzado.

En la tierra:

Bulma estaba en el médico haciéndose la ecografía. Sintió una sensación indescriptible cuando pudo ver por fin a su pequeño o pequeña. En la ecografía todavía no se veía bien si era niño o niña. El médico no paraba de mirar con cara extraña la ecografía.

-¿Que ocurre doctor?¿Hay algo mal?.- Preguntó la científica.

-Bueno, esto... como decirlo...-Dijo el doctor sin dejar de mirar la imagen.-Puede ser un error, pero parece que el bebé tiene una malformación.-

-¿Cómo?¿Qué le ocurre a mi hijo?.- Preguntó Bulma llena de preocupación.

El doctor señaló la pantalla.-Vea aqui, parece como si el niño tuviera ... cola.-

Bulma suspiró llena de alivio.-Menos mal.-

El doctor la miró con cara extraña. Era la primera vez que decía a una futura mamá que su hijo tenía una malformación y se veía tan tranquila.

vegeta y bulma (siempre a tu lado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora