Ya no me pertenece tu insomnio, tu tiempo disponible, tus madrugadas con aire de amanecer, los mensajes intermitentes durante todo el día; ni tus susurros al teléfono, ni tus risas, ni hablar de tus gritos, cada vez que perdías tu propio juego, que robaban las mejores de mis carcajadas. Ya no me pertenecen tus planes a futuro, ni esas kilométricas ganas de vernos, ni el conteo frenético para ver que podíamos realizar de nuestra lista improvisada. Ese aire tibio y envolvente que representaba nuestro desastre natural se convirtió en aire frío y cortante arrastrado por la llovizna en la que se convirtió tu tormenta.
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Un sueño a través de letras
RomanceTengo está loca idea de hacer perdurable, a través de letras, mi historia con ella. Como queriendo que no se pierda entre la neblina del olvido, entre el pasar del tiempo y su enorme despiste; tan solo quiero que no solo viva el recuerdo en mi memor...