... Fue como caer de la copa de un árbol, bailando un vals que dirigía el viento o, bien sea, lo que quedó de un pasado compartido y fui la hoja que se dejó llevar por ese contacto que evité a toda costa, hasta que evitar lo inevitable era la estupidez más grande del día. Fue como volver a mi hogar después de un largo viaje y encontrar todo en su lugar, fue como el choque de las olas del mar contra nuestros pies hundidos en la arena justo en la orilla porque nos dio terror adentrarnos, una vez más, a la inmensidad del océano cuando nuestros cuerpos ya se encontraban empapados. Incluso fue un evento compartido, sin invitación, y deseé gritar, al sentir la tensión de su cuerpo, arrebatar los cuerpos extras que no necesitaba, que no me llenaban, ni alimentaban; no hice nada porque ya no tenía fuerzas para pedir o exigir algo que nunca me perteneció: su espacio y/o su tiempo. Fue como aferrarme, en carne y hueso, a su recuerdo. Fue sonreír por dentro cuando su beso en mi mejilla se adentró y se alojó en las huellas del roce de sus delicados dedos en mi piel, pidiéndome que la dejara ir. Fue abrazar a un cuerpo extraño que olía a plenitud y que me conocía de memoria. Fue atragantarme, de nuevo, el centenar de cosas que no le he dicho pero que le he escrito y tal vez nunca lea, no por mí sino por ella...
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Un sueño a través de letras
RomanceTengo está loca idea de hacer perdurable, a través de letras, mi historia con ella. Como queriendo que no se pierda entre la neblina del olvido, entre el pasar del tiempo y su enorme despiste; tan solo quiero que no solo viva el recuerdo en mi memor...