Un sueño a través de letras

Gracias.

Gracias.

Gracias por llegar a mi vida a enseñarme más de mí que de ti.

Gracias por cada risa escandalosa que despertaba a toda la cuadra y siempre nos llenó de gratitud.

Gracias por cada sollozo lleno de impotencia acompañado de tristeza que abracé a la distancia.

Gracias por cada cosa que dijeron tus ojos, por cada suspiro que robó mi aliento, por cada roce de tus dedos y por cada palabra susurrada que se perdió a través del tiempo.

Gracias por cada una de las lágrimas que surgieron en tu honor, aquellas que no llegaste a saborear y de las cuales no te mereciste ni la sal.

Gracias por ese pequeño pedacito de cielo que siempre tuvo luna llena y una cantidad absurda de estrellas.

Gracias por cada promesa que no cumpliste, por cada abrazo que me negaste y por cada una de las cosas que me robaste.

Gracias por mirarme, por sonreírme, por abrazarme de improviso justo cuando no estaba disponible, por besarme y por despedirte.

Gracias por dejarme la peor parte de ti, aquella que tantos criticaron, juzgaron y la que yo más valoré, adoré, de la cual incluso me enamoré...esa que terminó en mi contra producto de ese aprendizaje erróneo de que se daña a quien amas.

Gracias por arrancarme el alma por fragmentos, de ahí salieron mis mejores versos.