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Al llegar a casa no hice más que encerrarme totalmente y tampoco tenía ganas de encender la luz, estaba en una especie de trance o shock, ni siquiera sabría como definirlo pero era una sensación extraña y juro que jamás en mi vida me llegue a sentir de tal modo, ¿Estaba asustada? Tal vez, pero no por lo que ví precisamente. 

He defendido a criminales de todo tipo, hombres peligrosos en toda la extensión de la palabra pero eso no significa que los haya visto "Hacer su trabajo", no me sorprende del todo pero admito que pensar en el señor Jones como asesino me tiene un poco mal. 

Tome una botella de vino, deje mi saco en el sofá y me deje caer en el mismo bajo la extenuante oscuridad de mi casa y es cierto, es muy solitaria. Conocía el cosquilleo de hace un rato, esa clase de cosquilleo cuando miras quizás a tu artista favorito o a alguien que te ha gustado por años, no se con exactitud que fue pero ese miedo en los ojos de los sujetos torturados frente a Jones son irremplazables, ¿Jones es esa clase de hombre? 

Cerré mis ojos y le di un sorbo a mi vino, estaba cansada, sonreí, no, no estoy cansada, estoy muy sorprendida porque algo como esto no está bien, no está nada bien. Al cabo de media hora el timbre me hizo despertar de mi sueño ligero en el sofá y venía acompañado de golpes hoscos a mi puerta, sabía quien era pero no quiero verlo, no ahora. 

—¡Señorita Taylor!— golpeo de Nueva cuenta mi puerta —¡Señorita Taylor! Por favor, abrame la puerta necesito hablar con usted

Le di un sorbo más al ya poco vino que me quedaba y suspire, necesita hablar pero yo no necesito escucharlo, no necesito nada de él más que su ausencia, me recoste en el sofá y mire atenta la puerta. 

—Se que esta ahí, por favor señorita Taylor

Su voz mas que molesta parecía afligida, preocupada, como la voz de un niño al que su madre le descubrió malas notas y es gracioso porque podría ser un buen punto de comparación, deje la botella ya vacía de vino en la alfombra y cerré los ojos, hoy tengo ganas de dormir y olvidar lo extraña que me siento. 

Lo escuche gritar y aporrear mi puerta pero su voz ya es muy lejana a medida que cerraba los ojos, maldición, estaba ebria...de nuevo.

(...) 

Al día siguiente, la cabeza me dolía, me daba vueltas todo y tenía el estómago revuelto, Por si fuera poco debia hacer el mandado, mi cocina estaba vacía. 

Después de un baño y de un café cargado tome las llaves de mi auto para ir y hacer las compras, diría con orgullo que esa terrible sensación que sentí por la noche se había disipado por completo y no cabe dudas de que solo fue la sorpresa del momento, pensarlo ya me aturde por lo que prefería mantenerme así, con una especie de amnesia fingida. 

Leche de almendras, cereal de frutas, nada mejor que un sabor artificial, carne preparada, helado de vainilla y una nueva botella de vino, tenía una colección pero sentí la necesidad de comprar una nueva. 

Para cuando llegue a casa me tope con el señor Jones recargado en las columnas del porche de mi casa, hoy era una mañana nublada, usaba esos mismos guantes negros de piel que le ví ayer, una gabardina negra con interior rojo y no sólo eso, en su mirada había una especie de sensación, quizás preocupación. Suspire y deje mi auto en su lugar, presione con fuerza el volante y de vuelta suspire. 

—¿Que hace aqui?— cuestione una vez salí del auto y sin embargo no era capaz de verlo a los ojos así que mantuve mi mirada en el suelo

—Anoche vine a verla

—Estaba borracha, no recuerdo nada

—¿Necesita ayuda con eso?— me señaló las compras, trague y negué, de verdad que no podía verlo a los ojos

—Estoy bien

Me di la vuelta para abrir la cajuela y antes de darme cuenta el ya había llegado junto a mi para tomar las bolsas,el tampoco me miro pero mantenía su ceño fruncido, tome un par de bolsas pequeñas que dejó y camine a prisa para abrir la puerta, el silencio hoy si es incómodo. 

—¿Ya tomó café? 

—Ya

No podía hablar mucho sin sentir que mi pecho se comprimía, era terrible y para mantener mi vista ocupada me dispuse a guardar todo en su sitio, tengo miedo de mirarlo a los ojos y sentirme igual que ayer. 

—¿Durmió bien? 

—Así es

Lo escuche suspirar, recargo su cadera en la barra y la tensión la podía incluso tocar. 

—P-puede pasarme el helado, por favor— balbuceé

Lo tomó de junto y me lo tendió un tanto fastidiado, incluso así no quiero mirarlo. 

—Míreme a los ojos— exigió con suavidad

—Estoy ocupada ahora

—GaeIn, mirame— pronunció con un poco más de fuerza

Mis piernas temblaron por extraño que parezca —No quiero hacerlo

Resoplo molesto —¡Quiero que me mires a los ojos! 

Me di la vuelta para seguir guardando cosas y juro que entre más grita mas me altero y me gustaría decir que es algo completamente nuevo pero no. Estaba por tomar el cereal pero antes tomo mi muñeca con fuerza para hacerme girar y a la fuerza confrontarlo, su mirada se mantenía preocupada pero su voz me decía todo lo contrario, sus ojos eran tan oscuros que me hacen sentir sola y brillan lo suficientemente como para hacerme sentir una calidez poco descriptible. 

—¿Me tiene miedo? 

Bufé y solté su agarre —No, no le tengo miedo

Me tengo miedo a mi misma

—Yo— trago inquieto —Le dije que he hecho cosas de las cuales no me siento orgulloso, yo.-

—Ese es su trabajo Señor Jones, a mi no me concierne

—No quiero que usted me tenga miedo, no quiero que ponga una barrera entre ambos

—He trabajado con criminales de cualquier tipo pero es la primera vez que veo un asesinato en primera fila— cerro los ojos con fuerza como si no deseara escucharme decir aquello —Lo que usted hizo no me impresiona pero tampoco me es indiferente, ¿quiere café? 

Asintió, y lejos de creer que existe una barrera entre los dos,pienso que existe un punto sin retorno para ambos, lo ví matar a alguien, me he vuelto testigo sin saberlo y no pienso denunciarlo, la idea de hacerlo jamás paso por mi cabeza y el…anoche ví un Eilan Jones distinto, uno que parecía disfrutar del miedo que puede causar pero si ese es el caso porque elegir desear que yo no le tenga miedo. 

Quizás somos más parecidos de lo que pensamos. 

—¿Puedo preguntarle algo?— Asintio, mire con dudas mi taza de café —Usted, ¿que siente al matar a alguien? 

Por poco escupe el café pero era claro que mi pregunta le sorprendió, me ví en la necesidad de cuestionarlo porque el hecho de yo no sentir nada al verlo me seguía manteniendo en la cuerda floja. 

Carraspeo —Y-yo, no se— suspiro —Al principio me aturdio, me sentí mal pero después.-es dificil— bufo —¡Para que quiere saberlo! 

—Me da curiosidad

Me miro con sorpresa y negó —Pues, no se como describirlo pero si se me preguntara si lo haría de nuevo, aceptaría sin duda

Asenti dudosa, si el siente gusto y algunas veces pánico, ¿Es normal no sentir ni una ni otra?, ¿Que tan normal era la indiferencia en este tipo de casos?...¿Me hace esto un monstruo... O solo una persona muy aburrida?

HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora