HIBRISTOFILIA|El Sindrome de Bonnie&Clyde

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Camine desesperada de un lado a otro en mi Oficina en espera aquella mujer Alice Wilson, la actriz de pizzeria, tenía ya cinco minutos de retardo ¿Ese era su nivel de interes por recuperar a su cría? Que tedioso era tener que esperar cuando ni siquiera tenía intención alguna de ayudarle. Ofuscada me bebí una tercera Copa de vino tinto importando poco apestar después a como mi padre solia oler, alcohol y perdición, que más da si ese viejo sigue reacio a odiarme, quien diría que me convertiría en el mismo.

Limpie mis ojos cristalinos antes de hacer un espectáculo inapropiado en cuanto escuche el timbre, que momento más inoportuno, si hubiera llegado temprano yo no habría comenzado a beber y si no hubiese comenzado a beber no estaría recordando a mi padre y si no hubiese recordado a mi padre entonces mi mente seguiría fría y al cien para poder ayudar a su caso, que mujer tan molesta era esta.

Sonreí —Buenas tardes, pase por favor— me hice a un lado para animarla a pasar, salude al oficial recargado en su auto al otro lado de mi acera levantando la mano y casi de inmediato me devolvió el saludo —Soy estricta respecto al horario, por favor, sea puntual la próxima vez

Asintió —Discúlpeme pero no conozco estas calles así que me perdí un poco— sonrió sin ganas y sin darme cuenta hice una mueca, conozco esa expresión, la misma que mi madre solía hacer —En los barrios bajos no todo es tan ordenado

Mordi mi lengua para evitar abofetearla, odio ese sentimiento lleno de lastima y subestimacion, no hay nada más asqueroso, vomitivo y estúpido que la autocompasión, cuando sientes lastima por ti mismo no hay nada más que te haga salir del hoyo y de ser así es quizás ahí a donde esa clase de gente pertenece, si no te ayudas tu mismo nadie más lo hará y la respuesta del por que es simple, a nadie le importa una mierda lo que sea de ti. Lo odio tanto.

—Si, bueno— le reste importancia a su estupidez y la guíe a mi Oficina —Necesito que por favor sea honesta conmigo y me cuente todo tal cual—me senté detras de mi escritorio y tome una pluma para tomar apuntes importantes —Tome asiento por favor

Suspiro —Bien, me casé con un hombre cinco años mayor que yo porque me embaracé accidentalmente pero yo estaba ilusionada

Frunci el ceño por que... Es decir, no parecía ser mujer más grande que yo, de hecho podría decir que incluso era más joven que yo.

—¿Que edad tiene?

—20, licenciada

—¿El tiene 25?— asintió —Su matrimonio es reciente— casi asegure

Negó —Nos divorciamos cuando cumpli 19, tenia 15 años cuando lo conocí, mis padres no estaban de acuerdo pero a falta de sustento no se negaron cuando el ponía dinero en la mesa, tuve a mi hija a los 17— trago —El bebía mucho y en ocasiones consumía cocaína

Maldita sea, era un caso regalado, ni siquiera requería esfuerzo ¿Como Diablos fue que perdió el juicio? es estúpido, definitivamente fue un juicio arreglado —Comprendo, dígame, el no le permite ver a un hija ¿como fue la patria potestad?

—Ella viviría con el y me dejaría verla por tres horas los sabados y domingos pero a tan solo meses del juicio el me prohibió absoluta cercanía a ella, es violento conmigo y no cuida de ella, para sus 3 años ella no ha dicho ni una sola palabra, no habla para nada— sollozo —A el ella no le importa, solo quiere fastidiarme

Entre más habla, más fácil parece —¿El aún consume drogas?—asintió —¿Vive solo, tiene esposa?— negó —¿Sus vecinas aceptaron grabar las fiestas de las que habla?

Negó —Es un hombre muy violento, ellas no quieren meterse en problemas con el

Asenti —No se preocupe ¿como se llama su hija?